Definición de fluido
En el latín es donde encontramos el origen etimológico del término fluido. En concreto, deriva de la palabra “fluidus”, que es fruto de la suma de dos componentes de dicha lengua:
-El verbo “fluere”, que puede traducirse como “fluir” o “manar”.
-El sufijo “-idus”, que se usa para indicar claramente una cualidad visible.
La noción de fluido procede del vocablo latino fluĭdus. El término, cuando se vincula a una sustancia, hace referencia a que se halla en estado gaseoso o sólido.
Los fluidos se mueven de manera progresiva de un sitio a otro: es decir, fluyen. Por sus propiedades, los fluidos modifican su forma sin contar con fuerzas que intenten restituirle su forma previa.
La fuerza de atracción que tienen las moléculas constituyentes de un fluido es débil. De todos modos, las partículas mantienen su unión gracias a dicha fuerza de cohesión y a las paredes del recipiente que las contienen. Un líquido, por lo tanto, adquiere la forma del recipiente y conserva su propio volumen, mientras que un gas no tiene ni forma ni volumen propios.
Cabe destacar que todos los fluidos tienen un cierto grado de viscosidad y de compresibilidad. La temperatura, la presión y la densidad son otros factores que determinan sus características y su comportamiento.
Cuando la viscosidad mantiene su constancia en el tiempo, al fluido se lo denomina fluido newtoniano. Un ejemplo de esta clase de fluido es el agua. En cambio, un fluido no newtoniano presenta una viscosidad cuyo valor es inconstante, ya que depende de la temperatura y de otros factores. El kétchup es un fluido no newtoniano.
Asimismo, no debemos olvidarnos de la existencia de lo que se conoce como fluido supercrítico. En concreto, con este término se viene a hacer referencia a una sustancia que se halla en unas condiciones tanto de temperatura como de presión que son superiores a lo que son sus límites, a lo que se conoce como punto crítico.
Precisamente esas condiciones en las que se halla dicha sustancia lo que traen consigo es que venga a actuar como si estuviera a medio camino entre un gas y un líquido.
El fluido supercrítico también responde a las siglas FSC, la transferencia de materia en él es muy favorable, su coeficiente de expansión térmica es positivo e incluso infinito, su compresibilidad isotérmica también se enmarca como positiva.
Los líquidos y gases que se generan en el interior del cuerpo, por otra parte, reciben el nombre de fluidos corporales. Entre ellos podemos nombrar a la sangre, la orina, el sudor, el semen y el moco.
Un lenguaje fluido, por último, es aquel que se desarrolla de manera simple y sin trabas. Algo similar puede decirse respecto a un estilo fluido: “Me gustó mucho el libro ya que el autor apela a una lenguaje fluido”, “El estilo fluido del cineasta es valorado por los espectadores”.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que también se usa para darle forma a otros términos. Este sería el caso, por ejemplo, de lo que se conoce como fluidoterapia, que es una medida terapéutica que se utiliza en el ámbito médico y que consiste en la aplicación de soluciones intravenosas para poder corregir las alteraciones que existen en cuanto al equilibrio hidroelectrolítico.