Definición de fervor
Para poder entender el significado del término fervor que ahora nos ocupa, tenemos que exponer en primer lugar su origen etimológico. En concreto, hay que subrayar que emana del latín, más exactamente de la palabra “fervor”, que se usaba para referirse a ese estado de ánimo que tenía una persona y que estaba relacionado con la fe.
Fervor es un sustantivo que se asocia al enardecimiento, la energía y el brío. Cuando una persona actúa con fervor, está depositando entusiasmo en su accionar, desempeñándose con ímpetu.
Por ejemplo: “El público coreó con fervor cada canción de la banda”, “Cuando el actor salió al escenario, se entregó con fervor pese al mal momento que había vivido horas antes de la función”, “El fervor de los manifestantes no fue suficiente para revertir la decisión del dirigente político”.
El fervor, como puede verse, también se vincula a la recepción cálida y pasional que se realiza de algo. Tomemos el caso del intendente o alcalde de una ciudad que convoca a un acto público. A los pocos minutos de iniciado su discurso, anuncia que rebajará los impuestos. La decisión es aplaudida con fervor por la gente.
Dentro del mundo de la Literatura, tendríamos que exponer la existencia de una importante publicación que utiliza en su título la palabra que ahora nos ocupa. Nos estamos refiriendo al libro de poesía “Fervor de Buenos Aires”, que tiene la particularidad de ser el primero de ese tipo que realizó a lo largo de su carrera el prestigioso escritor argentino Jorge Luis Borges.
En el año 1923 fue cuando se llevó a cabo la publicación de ese trabajo, que se compone de tres partes claramente delimitadas y que aborda una gran variedad de temas, entre ellos el amor, la capital argentina de Buenos Aires, la luz, la oscuridad, la filosofía o incluso las diferencias notables que existen entre campo y ciudad.
En el ámbito de la religión, el fervor es el recogimiento, el ardor y la entrega del creyente. Cuando alguien se muestra predispuesto hacia los asuntos religiosos o a aquellos vinculados al misticismo, se dice que es fervoroso. El fervor, por lo tanto, está relacionado con la espiritualidad y la sensación de una entrega sin condiciones a un ser superior.
Dentro del ámbito religioso hay que subrayar que son muchas las maneras en las que los ciudadanos de a pie proceden a mostrar el fervor que tienen y sienten hacia Dios o hacia una imagen en concreto. Así, por ejemplo, se llevan a cabo romerías, peregrinaciones de distinta índole e incluso celebraciones tales como la Semana Santa. Esta es una fiesta religiosa y popular al mismo tiempo que ha cobrado gran valor en España, y más exactamente en ciudades como Málaga y Sevilla.
Es posible considerar al fervor como una característica positiva en la personalidad de un individuo. En ese caso, se destaca el compromiso de la persona fervorosa como algo valioso. En cambio, hay quienes creen que el fervor puede tornarse perjudicial si lleva al sujeto a actuar irracionalmente. Por eso podría indicarse que el fervor es bueno pero en su justa medida, así se evitan los excesos.