Definición de faquir
El concepto de faquir deriva del árabe clásico faqīr. La primera acepción del término mencionada por la Real Academia Española (RAE) en su diccionario hace referencia a un individuo musulmán que cumple penitencia y desarrolla un modo de vida austero.
El uso más habitual de la noción se vincula a un asceta que lleva a cabo diferentes prácticas de mortificación. El faquir, de todos modos, también puede ser un artista circense que realiza esta clase de ejercicios a modo de espectáculo.
La resistencia mental y física constituye la principal cualidad de un faquir. Estos hombres pueden recostarse sobre clavos, introducir una espada en su garganta y caminar sobre las llamas, por mencionar algunas de las acciones que suelen desarrollar en público a modo de exhibición.
Más allá del circo o del arte, en la antigüedad ser faquir implicaba adoptar un estilo de vida místico. Por lo general las personas consideraban a estos individuos como santos que, gracias a fuerzas sobrenaturales de origen divino y a la meditación, podían realizar acciones sobrehumanas y ejercer un control absoluto sobre su cuerpo.
Estos faquires solían vestir solo un taparrabos y recorrer los pueblos demostrando sus habilidades. Por eso, al mundo occidental llegó la idea de faquir vinculada al entretenimiento; de hecho, en la India también existe esta «versión» del faquir, pero no es la que ellos respetan, sino una que aprovecha el flujo de turismo para conseguir dinero.
Es importante establecer una diferencia entre el estereotipo del faquir y las verdaderas características de esta figura originaria de la India. Mientras que la percepción popular nos lleva a pensar en una capacidad fuera de lo común para soportar el dolor físico, que ellos mismos se provocan clavándose agujas o cortándose con trozos de cristal, o incluso al hecho de que no sangren a causa de estas acciones, estas personas deben llevar a cabo una ardua preparación a nivel físico y mental que para nada se puede representar por medio de esta visión unidimensional.
Como se menciona al comienzo de la definición, el origen etimológico del término faquir nos lleva al árabe clásico, a pesar de que asociemos el estilo de vida del faquir con la cultura india. El significado de esta palabra es «pobre«, y esto se relaciona con el camino que deben recorrer para alcanzar la iluminación, que se caracteriza por la austeridad extrema y la penitencia; los monjes ascetas que en la India viven de este modo son llamados sadhus.
Para los hindúes, el faquir se enmarca en la denominada cuarta fase de la vida, siendo las primeras tres estudiar, tener hijos y peregrinar. Para convertirse en faquir es necesario despojarse de los bienes materiales y comenzar a perseguir los valores que, según ellos, son los auténticos de la vida. Cabe señalar que, a diferencia de los ermitas, los faquires no se alejan de la sociedad, sino que se resisten a los placeres y consiguen ignorar los dolores comunes.
El faquir busca parecerse al asceta principal, el dios llamado Shiva. A pesar de no apegarse a los bienes materiales, muchos llevan un tridente. El color del taparrabos, la única prenda de vestir de los faquires, es azafrán, y esto simboliza la bendición que reciben de parte de Parvati, la esposa de Shiva, quien les ofrece su sangre, sinónimo de fertilidad.
Entre los milagros atribuidos a los faquires, se encuentran el hecho de desdoblarse (estar en dos lugares de manera simultánea), la capacidad de levitar y hasta el contacto con los espíritus de los difuntos. Es que estas personas son consideradas santas y prodigiosas, capaces de hazañas sobrenaturales que surgen como resultado de su intensa meditación. Estos acontecimientos, por supuesto, no han podido ser probados a través del método científico.