Definición de exordio
El vocablo latino exordium llegó al castellano como exordio. El término hace referencia al preámbulo o a la primera parte de un discurso o de una obra literaria.
Puede decirse que el exordio es la introducción o el inicio del discurso. Su finalidad es captar la atención del público y preparar su voluntad para recibir el contenido.
El exordio es la introducción de un discurso.
El exordio en la retórica
De acuerdo a la retórica clásica, el exordio es el tramo inicial de un discurso. En el exordio, el orador explica por qué toma la palabra e intenta conseguir que los oyentes adopten una posición benévola.
Así, con este comienzo del discurso se busca generar simpatías, especificar el tema de la alocución y despertar interés en el auditorio. Por eso es una instancia clave donde el orador tiene que explotar sus capacidades y utilizar sus recursos de la mejor manera posible.
Las características del orador
Aquel que pronuncia un discurso debe mostrar su probidad y su sapiencia en el exordio. La prudencia y la modestia son otros valores que deben evidenciarse para propiciar una buena recepción del mensaje.
Por su funcionamiento, el exordio sirve para anticiparse a eventuales conflictos, desactivándolos antes de su estallido. El orador (o el escritor) tiene que esforzarse para presentar el tema de manera tal que sus componentes más polémicos sean suavizados.
Es habitual que se mencione la importancia de sugerir en lugar de asegurar: en el exordio el orador no debe presentarse como alguien que conoce todo sobre el asunto, sino que tiene ir mostrando, con claridad y de forma concisa, la posición que defenderá.
El exordio apunta a despertar el interés de la audiencia.
Tipos de exordio
Se reconocen varios tipos de exordios de acuerdo a sus particularidades. Los exordios bruscos, también conocidos como exordios ex abrupto, empiezan de forma inesperada con la intención de impresionar al público, por ejemplo.
Los exordios directos se basan en la suposición de que el auditorio ya conoce el tema que se tratará, con lo cual evitan los rodeos. Los exordios por instrucción o insinuación, en tanto, comienzan con tranquilidad y moderación para ir construyendo el clima poco a poco.
Otras partes del discurso
La retórica indica que, tras el exordio, llega la proposición. Se trata de una enunciación de escasa extensión acerca del asunto en cuestión.
La estructura del discurso luego contempla la división, que supone enumerar y ordenar los bloques temáticos. A la división le sigue la parte más larga: la narración, también mencionada como exposición o desarrollo. En este punto se presentan los hechos que posibilitan la demostración de la conclusión.
En la argumentación, por otro lado, se exponen las pruebas que confirman la tesis de la narración. También puede apelarse a la refutación, que responde a otro concepto de forma opuesta. Por último, el discurso se cierra con la peroración para movilizar los afectos de los oyentes, resumiendo lo ya desarrollado.
El exordio forense
En el ámbito legal, se llama exordio a la introducción que realiza un letrado ante un tribunal, la cual se extiende hasta que el profesional se mete de lleno en los hechos.
Antes de examinar los sucesos y proceder a su valoración en términos probatorios, el abogado realiza el exordio para anticipar de que tratará su exposición, persiguiendo generar interés y, a su vez, simpatía hacia la causa defendida.