Definición de espectroscopio

Para comprender el concepto de espectroscopio, un primer paso es prestar atención a sus componentes. El término se forma con el sustantivo espectro y el elemento compositivo –scopio.

La idea de espectro, en la física, alude a cómo se distribuye la intensidad de una radiación en virtud de una cierta magnitud. A la representación gráfica de dicha distribución también se la llama espectro. En cuanto a -scopio, refiere a un instrumento que se emplea para estudiar u observar algo.

¿Qué es, en definitiva, un espectroscopio? Se trata de un dispositivo que se utiliza para la obtención y la visualización de un espectro.

Un espectroscopio permite obtener y visualizar un espectro.

Análisis de la luz

El espectroscopio más usual es aquel que se destina al análisis de las propiedades de la luz, midiendo generalmente la intensidad luminosa. A partir de esta examen, es posible conocer datos de diferentes propiedades de los elementos y de una amplia gama de fenómenos.

A Gustav Kirchhoff y Robert Bunsen se les atribuye la invención del espectroscopio en la mitad del siglo XIX. Otros científicos, de todos modos, ya habían desarrollado aparatos similares con anterioridad.

Los espectroscopios primitivos basaban su funcionamiento en la división de la luz visible en diversos colores. Para esto contaban con prismas de vidrio que dispersaban la radiación luminosa. Con el tiempo surgieron múltiples técnicas y así se crearon numerosos tipos de espectroscopios.

Al analizar el espectro generado por un espectroscopio, se puede deducir información de utilidad.

Para qué sirve un espectroscopio

Los espectroscopios, como ya indicamos, se encargan de separar la luz en los colores que la componen, presentando así un espectro. Dichos colores están asociados a las longitudes de onda. De esta manera, estos artefactos se usan para conocer rasgos de los elementos que emiten luz.

Los colores que aparecen en el espectro revelan la intervención de distintos elementos, ya que cada elemento genera un color distintivo. Esta realidad abre la puerta a análisis y estudios de diversa índole.

Un investigador, en este marco, está en condiciones de deducir información sobre las características moleculares o atómicas de la materia a partir de la observación del espectro. En otras palabras: al dividir la luz en sus distintas longitudes de onda (percibidas por las personas como distintos colores), el espectroscopio sirve para que el científico pueda conocer qué elementos químicos se encuentran en la fuente lumínica en cuestión.

Su uso en la astronomía

Muchas ciencias apelan a espectroscopios para la generación de conocimientos. Una de ellas es la astronomía, dedicada al estudio de los cuerpos celestes (los astros que se sitúan en el cielo).

Al combinar un telescopio (que agranda la imagen de los objetos distantes, como las estrellas o los planetas) con un espectroscopio, el astrónomo puede examinar la luz que llega desde los astros. Esta inspección es útil para saber qué elementos componen las estrellas o se encuentran en una atmósfera lejana, por mencionar dos posibilidades.

Espectroscopio y otros conceptos parecidos

Es habitual que se confunda al espectroscopio con otros aparatos o con procedimientos que tienen una denominación parecida. El espectrógrafo, por ejemplo, es un espectroscopio que se utiliza específicamente para obtener espectrogramas (representaciones visuales de los espectros).

Para estudiar la composición de la luz que emite una fuente, se usa un espectrómetro. Un espectrofotómetro, en tanto, sirve para realizar mediciones en el terreno de la espectrofotometría (el método que mide el nivel de luz que absorbe una sustancia en función de una longitud de onda específica).