Definición de equinoterapia
La noción de equinoterapia no está incluida en el diccionario que elabora la Real Academia Española (RAE). De todos modos, su uso es frecuente en nuestro idioma.
Equinoterapia se forma a partir de dos términos: equino (caballo) y terapia (tratamiento). La equinoterapia, por lo tanto, es un tratamiento que se desarrolla con la intervención de los caballos.
Por lo general equinoterapia se utiliza como sinónimo de hipoterapia. Mientras que la etimología de equinoterapia remite al latín equus (“equino”), la raíz de hipoterapia se halla en el griego hippos (“caballo”). Incluso puede hablarse de terapia ecuestre.
En la equinoterapia, el caballo es tomado como un elemento rehabilitador e integrador que ayuda a individuos con alguna clase de discapacidad a desarrollarse física, cognitiva, social y emocionalmente. Esta terapia suele complementarse con otros tratamientos convencionales.
Entre los beneficios que aporta la equinoterapia a sus pacientes, se encuentran la disminución de la espasticidad muscular, la estimulación psicomotriz y la mejora del equilibrio. Los caballos también ayudan a desarrollar las habilidades comunicativas e incrementan la confianza de la persona.
Las sesiones de equinoterapia incluyen distintos ejercicios sobre el caballo, el recorrido por circuitos y el manejo de las riendas del animal. Como las actividades se realizan al aire libre y en contacto con la naturaleza, el entorno es otro factor que contribuye al bienestar del sujeto.
Si bien el término hipoterapia se considera un sinónimo de equinoterapia, también puede entenderse como una de las varias técnicas que incluye esta última. En particular, se trata de aprovechar ciertos aspectos del contacto con el caballo, como ser la transmisión del calor corporal y la repercusión que tiene en el paciente el movimiento en tres dimensiones y los impulsos rítmicos.
En otras palabras, el mero contacto con el animal puede ayudar a ciertas personas a tratar o incluso superar sus discapacidades físicas, tanto las adquiridas como las congénitas.
Entre las técnicas de la equinoterapia también está la equitación terapéutica, que se orienta a la superación de ciertos trastornos en el aprendizaje y la adaptación, por medio de la motivación que produce el caballo en los pacientes de ciertas discapacidades. Montar a caballo puede incrementar el poder de concentración y atención, además de estimular los sentidos y la afectividad.
Enseñar a los pacientes a superar ciertas pautas por su cuenta los vuelve más independientes y aumenta su autoestima.
Para aquellos que practican la equitación por deporte o diversión pero no pueden hacerlo de forma normal a causa de alguna discapacidad, existe la equitación adaptada, que les brinda ciertos accesorios para permitirles gozar de la experiencia.
Es importante mencionar que, debido a la falta de estudios científicos que certifiquen los beneficios de la equinoterapia en el tratamiento de discapacidades y enfermedades mentales, hay quienes la señalan como una terapia pseudocientífica.
Por otro lado se encuentran las posturas animalistas, que se oponen a la explotación del caballo en cualquier tipo de actividad creada por el ser humano, incluyendo la equinoterapia. Es importante recordar que los caballos no escogen ayudar a los pacientes, y el hecho de que se trate de trabajos con fines de curación no los vuelve menos injustos para ellos que las tareas propias de la agricultura, aunque físicamente les exija un desgaste mucho menor.
Los amantes de la equinoterapia la promocionan como «un acercamiento a la naturaleza» para superar ciertos trastornos de salud, y esto le da un matiz de armonía que poco tiene que ver con lo que ocurre de fondo: los terapeutas explotan a los caballos, los usan para su propio beneficio, de manera que no estamos hablando de una experiencia natural como podría ser sumergirse en aguas termales.