Definición de enunciatario
El concepto de enunciatario se emplea en el ámbito de la teoría de la comunicación. El término se utiliza para nombrar al individuo que recibe el mensaje emitido por un enunciador y lo decodifica.
El enunciador, por lo tanto, es quien emite un mensaje. Se trata del responsable de poner en marcha el proceso comunicativo. Para que ese proceso se concrete, se necesita que el mensaje llegue a un destinatario: un receptor. El enunciatario es ese receptor que, al recibir el discurso emitido por el enunciador, se encarga de su decodificación y así puede producirse la interacción.
De esta forma, el enunciatario se erige como tal al interpretar y comprender el mensaje. Lo que hace el enunciatario es convertir esos contenidos en algo nuevo, ya que los utiliza en su reinterpretación.
Si el enunciatario responde, pasa a posicionarse como enunciador, mientras que el primer enunciador se vuelve entonces enunciatario. Los roles en la comunicación, en este marco, se intercambian con frecuencia según el desarrollo del proceso.
Supongamos que un hombre, en la calle, le dice a otro: “Disculpe, ¿podría decirme dónde queda el museo?”. En este caso, quien realiza la pregunta es el enunciador, mientras que aquel que la escucha es el enunciatario. Cuando el segundo sujeto contesta “Me gustaría ayudarlo pero, ¿a qué museo se refiere específicamente?”, se intercambian los roles y el proceso comunicativo va avanzando con la charla:
– “Al museo de ciencias naturales”
– “Ah, sí, se encuentra al otro lado de la plaza”
– “¡Perfecto, muchas gracias por la información!”
– “De nada, ¡disfrute su visita!”
Como puede apreciarse, esta dinámica entre enunciador y enunciatario tiene lugar todos los días, en casi todos los ámbitos de la sociedad. Siempre que haya al menos dos individuos que se comuniquen entre sí, ocurrirá este intercambio de roles para que la comunicación pueda llevarse a cabo.
El grado de complejidad, por otra parte, también puede ser variable. Basta con situarnos en un aula con treinta alumnos y un docente en la que se realiza una puesta en común acerca de un tema dado: de manera intermitente y por turnos, muchos de estos individuos adquieren el rol de enunciadores para exponer su punto de vista, mientras que todos los otros son enunciatarios por varios segundos o minutos, hasta que deciden hacer una pregunta o agregar algo.
Si se desata una discusión relativamente acalorada a causa de la incompatibilidad entre las diferentes opiniones, entonces será mucho más difícil distinguir a los enunciadores de los enunciatarios en aquellos momentos que se caractericen por un bullicio. Esto nos demuestra que la teoría suele presentarse con situaciones moderadas para que sea fácil entenderla, pero en el día a día las conversaciones no suelen ser tan ordenadas o pausadas.
Debemos hacer una serie de aclaraciones. En primer lugar, es importante resaltar que el enunciatario debe poder decodificar el mensaje, además de recibirlo. Esto significa que no basta con su presencia frente al emisor durante la producción del mensaje, sino que debe tener las herramientas para hacer su aporte en el ciclo de la comunicación. Dicho de otra manera, no diríamos que un bebé de un mes de edad pueda ser el enunciatario de una profesora de filosofía, ya que aún es demasiado joven para entender sus mensajes y responderlos con otros.
Por otra parte, el rol del enunciatario no siempre surge de forma espontánea: mientras que en una conversación en la calle, como la del hombre que le pregunta a un transeúnte dónde se encuentra el museo, no existe un plan diseñado con antelación, durante un examen oral frente a una mesa de profesores la realidad es totalmente distinta.