Definición de énfasis

El vocablo griego émphasis llegó al latín como emphăsis, que en nuestro idioma se transformó en énfasis. Así se denomina a la fuerza que se aplica en la entonación cuando se pretende hacer hincapié en la relevancia de lo que se expresa.

Por ejemplo: “Con énfasis, el presidente ratificó que volverá a presentarse como candidato en las próximas elecciones”, “El discurso del empresario hizo énfasis en las estadísticas del último semestre”, “La falta de énfasis en la respuesta del joven generó dudas en el oficial de policía”.

El énfasis suele reflejarse en un alza de la intensidad, un cambio de ritmo o una modulación particular al hablar. La repetición de un término o su separación en sílabas también permiten hacer énfasis: “Lo único que voy a hacer aquí es tra-ba-jar”, “No voy a renunciar. ¿Quedó claro? No voy a renunciar”.

Algunas personas abusan del énfasis en sus conversaciones cotidianas, mientras que otras lo utilizan con muy poca frecuencia, o incluso prescinden de él absolutamente. Todo depende del tipo de personalidad de cada una, ya que las más extrovertidas suelen acentuar muchas de sus palabras para que sus mensajes lleguen a los interlocutores generando un mayor impacto, mientras que las introvertidas no quieren hacerse oír.

Esta forma de expresarse, especialmente si la clase de énfasis es la que se apoya en variaciones en la intensidad de los sonidos, puede ser percibida como una falta de respeto o una actitud poco cortés en ciertos ámbitos, donde se prefiere un modo más tranquilo y estable. Por ejemplo, los estudiantes deben dirigirse a sus profesores de una manera respetuosa, sin dejar que sus sentimientos personales interfieran en la comunicación, algo que también ocurre en las empresas entre empleados y empleadores.

En el terreno de la retórica, el énfasis es un tropo que radica en el uso de una expresión o de un término en una acepción más acotada y precisa de la habitual para acentuar un cierto sentido: “Eres el rey” (para referirse a alguien que sobresale del resto por sus aptitudes o capacidades, no por ser un monarca soberano).

En este ejemplo también puede combinarse el uso de un término fuera de contexto con una entonación especialmente intensa para resaltar el contenido o la intención del mensaje. A esto puede seguirle una pausa, ya sea momentánea o definitiva (que en el lenguaje escrito podrían expresarse mediante una coma o un punto, respectivamente) para aumentar el efecto del recurso. También es posible continuar la oración o la preposición con otra similar, que también haga énfasis en el sustantivo.

Pongamos lo dicho en el párrafo anterior en ejemplos prácticos para comprender las diferencias. En primer lugar, comenzaremos por exponer una oración en la cual no existe énfasis en el sustantivo «rey»: «Eres el rey y por esa razón debes preocuparte por estos asuntos»; en este caso, puede tratarse de una conversación en la cual una persona de confianza le recuerda al monarca sus obligaciones en un tono tranquilo y constante. En cambio, si alguien le dice a su artista favorito «Eres el rey», acentuando especialmente la última palabra y luego haciendo una pausa, o bien agregando «Eres el más grande», sí se aprecia un claro énfasis en el mensaje.

En el lenguaje coloquial, por último, el concepto de énfasis alude a una intensidad o a una atención o dedicación especial que se pone a algo: “El próximo congreso de la Sociedad de Escritores hará énfasis en la poesía contemporánea”, “Creo que el gobierno debe poner más énfasis en la lucha contra el narcotráfico”, “La campaña contra el dengue hace énfasis en la importancia de evitar que el agua se acumule en tachos, baldes y otros recipientes”.

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