Definición de elocuente
Antes de entrar de lleno en el significado del término elocuente se hace necesario conocer, en primer lugar, su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que se trata del latín, concretamente de “eloquens”, que puede traducirse como “bueno para expresarse” y que es fruto de la suma de los siguientes componentes léxicos:
-El prefijo “ex-”, que significa “hacia fuera”.
-El verbo “loqui”, que es sinónimo de “hablar”.
-El sufijo “-ente”, que significa “agente”.
El adjetivo elocuente se emplea para calificar a aquello que cuenta con elocuencia o a aquel que se expresa con dicha característica.
Para saber a qué se refiere la noción de elocuente, por lo tanto, resulta imprescindible conocer el significado de elocuencia. Así se denomina a la capacidad de escribir o hablar de manera tal que el receptor resulte conmovido o se convenza de algo.
Una persona elocuente, por lo tanto, logra emocionar o persuadir a su interlocutor gracias a las palabras que utiliza y a su actitud corporal y gestual. En muchos ámbitos, ser elocuente es una cualidad muy valorada: un abogado debe ser elocuente para convencer a un tribunal, por ejemplo, mientras que un docente tiene que ser elocuente para que su mensaje llegue a sus alumnos.
Se considera que toda persona que desee ser elocuente o que quiera mejorar esa cualidad debe dar los siguientes pasos:
-Tiene que dejar de usar muletillas.
-Se hace necesario ampliar el vocabulario que posee.
-De la misma manera, debe optar por hacer empleo de un vocabulario no solo claro y conciso.
-También es imprescindible que se familiarice muy bien con los adjetivos y también con las transiciones.
-No menos relevante es que debe optar por hablar con confianza y que debe mantener la calma en todo momento.
-Ni que decir tiene que para ser elocuente esa persona es fundamental que también preste atención a lo que los oyentes que posee le puedan decir o incluso preguntar.
Además de todo lo expuesto, se determina que un ciudadano que quiera mejorar su capacidad de elocuencia tiene que leer mucho, porque eso le ayudará a ampliar su vocabulario, y debe practicar mucho ante el espejo para así corregir los posibles errores en los que pueda caer.
El concepto también puede aplicarse a un discurso, un acontecimiento, una estadística u otra cosa que resulta eficaz para dar a entender o transmitir algo: “Las declaraciones del presidente fueron elocuentes: el gobierno no está dispuesto a ceder ante los reclamos violentos”, “El índice de desocupación es elocuente y refleja el mal momento que atraviesa la economía nacional”, “El silencio del cantante ante las preguntas del entrevistador fue muy elocuente”:
Supongamos que dos periodistas debaten sobre el estado del sistema ferroviario de un país: uno afirma que es bueno, mientras que el otro sostiene que es muy malo. El analista que asegura que el sistema es deficiente comienza a difundir diversas cifras que revelan que la cantidad de pasajeros cayó un 45% en la última década y que los trenes pasaron de llegar a 500 ciudades a arribar a apenas 70. Puede decirse que estos números son elocuentes y demuestran el deterioro de la red ferroviaria de la nación en cuestión.