Definición de distraído
Distraído es un adjetivo que se emplea para calificar a quien se distrae con frecuencia, con lo cual actúa o se expresa sin prestar atención y sin tomar consciencia real de sus acciones. Para comprender el concepto, por lo tanto, es necesario centrarse primero en la idea de distracción.
Con dificultad para concentrarse
Una distracción es algo que atrae la atención, alejándola de donde debería aplicarse. De este modo, cuando alguien se distrae, ya no concentra su atención en aquello donde tendría que estar, sino que la deriva hacia un lado diferente.
Un conductor distraído puede causar accidentes fatales
Si las distracciones son habituales, al individuo se lo califica como distraído. La persona en cuestión tiene dificultades para concentrarse y, por eso, suele cometer equivocaciones e incurrir en omisiones y negligencias que pueden llegar a tener consecuencias de gravedad.
Un hombre distraído, por ejemplo, puede llegar tarde a su trabajo por haberse quedado dormido ya que no recordó poner una alarma para despertarse. También puede no saber dónde guardó las llaves de su casa, quemar la comida que está preparando y olvidarse de pagar la factura de la luz.
Distraído ocasional
En ocasiones, un sujeto puede estar distraído ocasionalmente. Supongamos que un joven es muy responsable al conducir: nunca ha tenido un accidente de tráfico ni recibió ninguna multa por cometer infracciones. Sin embargo, una tarde se distrae observando un cartel publicitario y termina impactando contra otro vehículo. Así, al conducir distraído, se convierte en el responsable de la colisión, por más que no tuviera antecedentes similares y que, hasta entonces, su trayectoria vial haya sido intachable.
Esta situación, como muchas otras, es una excepción. Es decir que el sujeto no se caracteriza por ser distraído, sino que un estímulo externo para el cual no estaba preparado le provoca una falta de atención. Claro que poco importa la razón si las consecuencias son muy graves; por ejemplo, si la colisión con el coche causara accidentes mortales, los familiares de la víctima no lo perdonarían simplemente porque hubiera sido una distracción aislada.
Los motivos por los cuales una persona que generalmente presta mucha atención a todo lo que hace puede volverse distraída son varios, aunque todos tienen en común que atacan en momentos de debilidad. Volviendo al ejemplo del conductor, es probable que el cartel publicitario que llamó su atención haya estado allí desde hacía un tiempo, pero que ese día en particular, por ciertas razones, él no haya podido resistirse a mirarlo.
La debilidad de la que hablamos puede entenderse como tristeza, cansancio físico y mental extremos, estrés o incluso el padecimiento de alguna enfermedad que afecte el organismo al punto de alterar el normal desempeño del individuo. La fiebre, los dolores y las náuseas, por ejemplo, nos impiden actuar con normalidad, y pueden afectar nuestra atención a los detalles. Para evitar accidentes, es importante hacer reposo hasta recuperar la salud.
Llegar tarde a un compromiso es una consecuencia común de la distracción
Distraído habitual
En el otro extremo tenemos la distracción como un rasgo de la personalidad. Hay individuos que se definen como distraídos, porque en situaciones normales no pueden evitar desviar su atención de manera casi aleatoria u olvidar cosas importantes. En este caso, diríamos «es muy distraído», mientras que el anterior lo describiríamos como «El conductor estaba distraído».
Nótese la diferencia entre los verbos ser y estar. El primero indica una característica de la persona, mientras que el segundo se usa para señalar un estado temporal. Las personas que son distraídas no pueden dejar de serlo, aunque sí pueden esforzarse por prestar más atención si desean obtener buenos resultados en cuestiones como entrevistas laborales o exámenes. Pero siempre tienen una tendencia a confundir horarios u olvidar ciertas medidas de seguridad que para otros son esenciales.