Definición de discreto
El vocablo latino discrētus llegó a nuestro idioma como discreto. Así se califica a aquel o aquello que tiene discreción: prudencia, tino, moderación o reserva. Por ejemplo: “El portero del edificio debe ser alguien discreto, que no hable sobre los movimientos y los hábitos de los vecinos”, “En la cena protocolar con los mandatarios extranjeros, la primera dama lució un vestido discreto y elegante”, “Durante su gira por el país el músico estadounidense se mantuvo discreto, sin realizar actividades públicas más allá de sus conciertos”.
Una persona discreta es mesurada no llama la atención por su aspecto, sus actos o sus declaraciones. Un individuo discreto, por lo tanto, no es grandilocuente ni extravagante y por lo general pasa desapercibido. Lo mismo puede decirse respecto a las acciones o los objetos discretos: un evento discreto no es masivo ni pomposo, así como un traje discreto es sobrio.
Este adjetivo también puede usarse de manera peyorativa, haciendo hincapié en que alguien o algo no consigue destacarse ni sobresalir. Un periodista puede mencionar que el nivel de juego de un deportista en una determinada competencia fue discreto ya que el atleta en cuestión no logró brillar. Un libro discreto, por su parte, puede resultar algo entretenido, pero difícilmente maraville al lector.
Entre los diversos sinónimos que podemos encontrar del término discreto, se encuentran los siguientes: moderado, juicioso, reservado, prudente, mesurado, sensato, velado, circunspecto, secreto y oculto. Con respecto a sus antónimos, podemos citar: estúpido, insensato e indiscreto.
Ambas listas nos aportan información esencial para entender los matices que caracterizan a esta palabra, que tiene una presencia muy frecuente tanto en el habla cotidiana como en la literatura y la prensa. Si nos enfocamos en juicioso, por ejemplo, se trata de un adjetivo que se define como «alguien que actúa de manera sensata o cuerda», y esto nos habla de un análisis constante de las potenciales consecuencias de los actos, algo opuesto a la espontaneidad.
Las personas juiciosas son también moderadas y prudentes, dos sinónimos más de los antes enumerados: no dan un paso porque sí, sin haber considerado detenidamente en qué dirección los llevará. Pero las personas discretas tampoco dan grandes saltos, ni siquiera en aquellas situaciones en las que sepan con certeza que caerán en un punto seguro, ya que prefieren avanzar con una cierta lentitud, siempre con la voluntad de mantener el control y evitar imprevistos.
Cuando pensamos en una decoración o en un diseño discretos, la idea que nos viene a la mente es la de «objetos que están presentes pero que no sobresalen», como si la meta fuera que aporten determinados toques estilísticos o estéticos con el menor grado de invasión posible. Dependiendo del punto de vista, puede tratarse de una forma de crear atractiva o poco comprometida, ya que están quienes no temen colocar diferentes elementos fuertes en una obra, a riesgo de que «luchen» entre ellos para conseguir la atención del público.
En el ámbito de las matemáticas, una magnitud es calificada como discreta cuando adquiere valores separados y distintos. Entre dichos valores, no existen otros intermedios. Una función discreta, en este marco, es aquella que tiene un conjunto numerable como dominio de definición.
Para la informática, el término discreto hace referencia a la manera particular en la que se debe codificar un paquete de información o un símbolo dados. Por citar un ejemplo, en el código de caracteres ASCII, creado en el año 1963, el carácter A tiene el valor discreto «01000001» en lenguaje binario.
Por otro lado, en el ámbito de la topología, la rama matemática que se enfoca en las propiedades de los cuerpos geométricos que no sufren alteraciones a causa de transformaciones continuas, un espacio se considera discreto si sus subconjuntos son abiertos.