Definición de despotismo ilustrado

El concepto de despotismo está vinculado al abuso de poder ya sea moral o físico, imponiendo el uso de la fuerza en el trato con un determinado grupo de personas. Este concepto suele estar vinculado con un tipo de gobierno que posee el poder absoluto y cuyo accionar no se encuentra limitado por las leyes existentes.

El concepto de ilustrado, a su vez, se encuentra relacionado con aquello perteneciente o relativo a la ilustración (el movimiento filosófico y cultural surgido en el siglo XVIII que postulaba el predominio de la razón por sobre las emociones y que consideraba que en el uso de la inteligencia residía el progreso de toda la humanidad).

Durante la Ilustración existió un tipo de gobierno que se conoció como despotismo ilustrado. Aunque a simple vista esta palabra pueda denotar características negativas, lejos estuvo esa organización de ser considerada como tal.

Se trató de un concepto político desarrollado dentro de las monarquías absolutas y que incluyó la adaptación al campo de la política de ciertas ideas filosóficas provenientes de los pensadores más famosos del movimiento al que respondía, la ilustración. Esto quiere decir que los monarcas que gobernaban continuaban manteniendo el mismo sistema social que existiera con el Antiguo Régimen, pero con un agregado: intentaban enriquecer la cultura de sus pueblos.

El despotismo ilustrado también suele mencionarse como despotismo benevolente o absolutismo ilustrado. Sus líderes adoptaban una actitud paternalista y, en sus discursos, hablaban sobre la felicidad de sus súbditos.

Luis XV en Francia, Carlos III en España, Catalina II en Rusia y José II en Austria fueron algunos de los déspotas ilustrados que promovieron diversos cambios en sus monarquías, con la centralización de la administración pública, la modernización de la economía, el fomento del comercio, la agricultura y la industria y la intervención en asuntos de la iglesia.

El surgimiento del despotismo ilustrado suele explicarse como la falta de voluntad revolucionaria que movía a que la mayoría de los filósofos ilustrados, pese a sentirse disgustados con el rumbo que tomaba la sociedad y a criticar la política de la época, no deseaban luchar por un cambio rotundo. Posiblemente, porque les atemorizaba lo que podría surgir como consecuencia de la destrucción abrupta del régimen, por eso se enfocaban en promover un cambio pacífico y paulatino que fuera guiado y dirigido por los propios monarcas.

Bases del Despotismo Ilustrado

Durante el siglo XVII el absolutismo fue el régimen político más extendido; este sistema se mantuvo hacia el siglo XVIII aunque cambió la forma de implementarse. Así, surgió el “Despotismo Ilustrado”. Si buscamos la definición exacta del concepto encontraremos que se caracterizó por la utilización de la ideología ilustrada por parte de las leyes absolutas para mantener su absolutismo.

Los monarcas que gobernaron en este movimiento recibieron el nombre de “déspotas ilustrados”, y es importante señalar que eran reyes que gobernaban con poder absoluto sobre sus pueblos. De hecho, la mayoría tomaron de las ideas de la Ilustración aquellas que les convenían, que los ayudaban a mantener tamaño poder.

En este período se desarrollaron una serie de reformas que ayudaron a que los reyes pudieran terminar con el feudalismo, y consiguieran abarcar un poder mayor. Entre las principales acciones cabe mencionar:

*Protección de la agricultura a través de la construcción de canales y pantanos
*Urbanización y modernización de las ciudades
*Construcción de monumentos y alumbrado público.

También se introdujeron reformas judiciales (se suprimió la tortura como método legal de investigación), se crearon muchísimos centros educativos y universidades para conseguir una mejor y eficaz escolarización. Todo esto lo hicieron movidos por el lema del despotismo ilustrado: “Todo para el pueblo pero sin el pueblo”.

Es importante mencionar que el rechazo por la libertad política que es seguramente una de las ideas más importantes y renovadoras de la Ilustración, convierte todo el esfuerzo de estos monarcas en personas totalmente contradictorias y enemigas de ese mismo movimiento que aprobaban.

A su vez, fue esto lo que llevó al final de este tipo de gobierno. Porque esa burguesía ilustrada, que en un principio había apoyado totalmente este movimiento, se volvió una enemiga acérrima del absolutismo y planeó la posterior revolución; a través de la cual se buscó alcanzar lo más importante que puede desear una sociedad: la libertad.

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