Definición de desinformación

La desinformación es el acto y el resultado de desinformar. Este verbo (desinformar), en tanto, alude a omitir información o a brindarla de forma insuficiente o manipulada de manera intencional.

Existen dos grandes acepciones del concepto. Por un lado, se asocia la desinformación a la práctica que apunta a engañar a la población mediante noticias falsas y datos falaces. Por otra parte, la noción puede vincularse directamente a la carencia de información, con lo cual está estrechamente relacionada a la ignorancia.

Presentar datos creíbles pero falsos es la base de la desinformación

Manipulación de la verdad

En el primer caso, desinformación es sinónimo de manipulación informativa. El objetivo es que la gente no se entere de algo o que crea que una mentira es verdad. En este proceso juegan un rol muy importante los medios de comunicación y las redes sociales.

Supongamos que un canal de televisión es opositor a un gobierno. En sus programas periodísticos y noticieros (también conocidos como noticiarios o noticiosos) se encarga de difundir todo tipo de denuncias contra los funcionarios e incluso rumores que afectan la imagen de las autoridades, pero nunca da a conocer cuando las denuncias son desestimadas por la Justicia ni cuando los gobernantes resultan absueltos. Así, a través de la desinformación, incide tendenciosamente en la opinión pública.

Falta de información

Veamos ahora lo que ocurre con una joven que creció en paraje remoto, sin acceso a la escuela. Esta mujer cree que si ingiere tres vasos de agua luego de tener relaciones íntimas anula las probabilidades de quedar embarazada. La desinformación, originada en la falta de educación sexual, hace que pueda atravesar un embarazado no deseado ya que no conoce los auténticos métodos anticonceptivos.

Nótese que, a diferencia de la manipulación de la verdad, en este caso el problema no siempre es provocado por un tercero, aunque también puede ocurrir como consecuencia del bloqueo de información. Otro matiz a tener en cuenta es que para que exista este tipo de desinformación es absolutamente necesario que los datos faltantes hayan sido descubiertos por algún ser humano: la joven del ejemplo es víctima de la desinformación porque al menos una persona sabía que su método anticonceptivo no era eficaz.

La desinformación como herramienta

Si bien no podemos saber quién fue el primer ser humano en manipular la verdad, sí conocemos la historia de la oficina especial de desinformación que se creó en la Unión Soviética en el año 1923. Detrás de su fundación se encontraba Józef Unszlicht, el vicepresidente del Directorio Político Unificado del Estado (conocido también por sus siglas OGPU o GPU), del cual la KGB fue sucesora.

Se cree que Stalin acuñó el término con un toque «francés»


Este Directorio Político fue pionero en el uso de la desinformación como parte de su estrategia de inteligencia. Su objetivo era «inyectar» en la población datos engañosos que resultaran fáciles de creer. Desde aquel entonces, la guerra política soviética volvió a usar esta táctica en su lista de medidas activas, donde también se contaron la manipulación de la prensa y la falsificación. De acuerdo con las declaraciones de un antiguo miembro de la policía secreta rumana, Ion Mihai Pacepa, la palabra la acuñó Iósif Stalin y la usó tanto en la Segunda Guerra Mundial como en la Guerra Fría.

Otro dato interesante del surgimiento de este término en la Unión Soviética es que Stalin le dio un nombre de apariencia francesa para que los demás países creyeran que se trataba de un concepto extranjero. De acuerdo con diferentes fuentes históricas y lingüísticas, la palabra desinformación comenzó a volverse internacional en la década de los 50, y poco a poco esta táctica fue usada por otras agencias de inteligencia, como ser la CIA de Estados Unidos y el Servicio Secreto de Inteligencia de Reino Unido.

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