Definición de democracia representativa

Antes de entrar de lleno en el significado del término democracia representativa, vamos a proceder a descubrir el origen etimológico de las dos palabras que le dan forma:
-Democracia, en primer lugar, deriva del griego. En concreto, es fruto de la suma de tres partes diferenciadas: el sustantivo “demos”, que significa “pueblo”; la palabra “krátos”, que es sinónimo de “gobierno”; y el sufijo “-ia”, que se usa para indicar “cualidad”. Por tanto, podemos establecer que democracia significa “el gobierno del pueblo”.
-Representativa, en segundo lugar, procede del latín, exactamente de “representativus”, que es sinónimo de “que simboliza”. Se ha conformado a partir de la unión de estos componentes: el prefijo “re-”, que significa “repetición”; la partícula “prae-”, que es equivalente a “delante”; el verbo “esse”, que puede traducirse como “ser”; y el sufijo “-tiva”, que se utiliza para indicar “relación pasiva o activa”.

El término democracia alude a la forma de gobierno que concede a los ciudadanos el ejercicio del poder político.

Existen distintos tipos de democracia. Cuando el pueblo ejerce el poder sin que intermedien representantes, se habla de democracia directa. En cambio, cuando el pueblo gobierna a través de representantes elegidos mediante votaciones periódicas y libres, se trata de una democracia representativa.

En la actualidad, la mayoría de los países han adoptado la democracia representativa como forma de gobierno. Cada una cierta cantidad de tiempo, los habitantes participan de un proceso electoral para elegir a los funcionarios que se encargan de dirigir el gobierno. De las elecciones surgen los jefes de Estado, diputados, senadores, etc.

Hay quienes defienden que la democracia representativa es la mejor opción, la más eficaz e incluso eficiente, a la hora de poder conseguir que la sociedad vaya por buen rumbo, teniendo como pilares los derechos y deberes de los ciudadanos.

Para poder conseguir que el poder que tienen los representantes del pueblo sea ilimitado y no esté sujeto a los deseos del pueblo existen diversas medidas o recursos. Nos estamos refiriendo no solo a la constitución sino también a un poder judicial independiente y a las Cámaras.

En una democracia directa, los propios ciudadanos toman decisiones vinculadas al Estado mediante herramientas como plebiscitos, asambleas y referéndum. En una democracia representativa, cada ciudadano elige entre los candidatos a aquel que considera que representará mejor sus intereses.

Es habitual, de todos modos, que una democracia representativa habilite ciertas herramientas de la democracia directa. El presidente de una nación, en este marco, puede convocar a un plebiscito para consultar a la población sobre un asunto antes de tomar una decisión. Esto hizo el presidente colombiano Juan Manuel Santos en 2016 cuando impulsó un plebiscito vinculante para que la gente pudiera aprobar o rechazar la firma de acuerdos de paz con la guerrilla. Finalmente ganó el “No” a los acuerdos. Así, Santos –presidente de una democracia representativa– hizo uso de un mecanismo de la democracia directa.

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