Definición de decreciente
Antes de entrar de lleno en el significado del término decreciente, se hace necesario conocer su origen etimológico. En este caso, podemos señalar que se trata de una palabra que deriva del verbo decrecer, el cual, a su vez, deriva del verbo latino “descrecere”, que puede traducirse como “disminuir”. En concreto, esa forma verbal se compone de dos partes diferenciadas:
-El prefijo “de-”, que se usa para indicar “de arriba hacia abajo”.
-El verbo “crescere”, que es sinónimo de “crecer”.
El adjetivo decreciente se emplea para calificar a aquello que decrece: es decir, que disminuye o mengua. El concepto se emplea en múltiples contextos.
En el ámbito de la economía, por ejemplo, se habla de la ley de los rendimientos decrecientes. Se trata de un principio que señala que, cuando se agrega un factor productivo y el resto se mantiene constante, se registra una caída del aumento marginal de la producción.
Dicho de otro modo, la ley de los rendimientos decrecientes indica que añadir un factor productivo y dejar constante el resto hará que los aumentos en la producción unitaria sean menores de manera progresiva (cada nuevo aumento será menor que el precedente). Supongamos que, en una oficina administrativa, se van incorporando empleados pero no se incrementa la cantidad de computadoras (ordenadores) disponibles para los trabajadores. Sumar solamente trabajadores no garantiza un aumento de la productividad debido a la falta de otros recursos.
De la misma manera, no podemos pasar por alto que también se utiliza el término que nos ocupa junto al término amortización. Así, nos encontramos hablando de amortización decreciente para referirnos a dotar de manera sistemática en cada periodo de amortización sucesivo cantidades que cada vez son más pequeñas de amortización hasta cubrir por completo lo que es el valor total del activo en cuestión.
Se llama diptongo decreciente a aquel que forma la cima silábica con su primera vocal. Cabe recordar que diptongo es una sucesión de dos vocales distintas cuya pronunciación se realiza en la misma sílaba. La cima silábica, por su parte, es la vocal con acento prosódico y que se pronuncia con mayor duración e intensidad en un diptongo
En el diptongo decreciente, por lo tanto, la cima silábica se halla en la primera vocal. Tomemos el caso del término aire: existe diptongo ya que las dos primeras vocales se pronuncian juntas y en una sola sílaba (ai-re). Como la vocal acentuada es la A, se trata de un diptongo decreciente.
Además de todo lo expuesto no hay que olvidar tampoco la existencia de lo que se conoce como luna decreciente. Este término se utiliza para referirse a la llamada también como luna menguante, que es una de las fases de la citada luna en la que, tras haber sido llena, su parte luminosa comienza a menguar o disminuir con el paso del tiempo.
La fase de la luna menguante o decreciente se produce cada 29 días, 12 horas, 43 minutos y 12 segundos. Se considera que es una fase mágica, concretamente, el momento ideal para dejar atrás todo aquello de lo que nos queremos desprender.