Definición de deculturación
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) no incluye el término deculturación. La noción alude al proceso que provoca la pérdida de la identidad cultural de un individuo mientras se adapta a otra cultura distinta.
La deculturación, por lo tanto, se desarrolla cuando un sujeto o una comunidad van perdiendo sus características culturales de manera paulatina en el marco de su adaptación a una cultura diferente. El concepto en ocasiones se confunde con otros similares, como aculturación o enculturación.
Se denomina aculturación a la incorporación a la propia cultura de elementos provenientes de otra. La enculturación, por su parte, supone la transmisión de caracteres culturales de una cultura a otra. En el caso de deculturación, en cambio, una cultura es dejada de lado para la adopción de una distinta.
Para que algunos de estos procesos puedan llevarse a cabo, se necesita que dos o más culturas estén en contacto durante un periodo extenso. Cada cultura tiene una determinada estructura y ciertas “zonas” donde, por sus características, la fusión o la asimilación se desarrollan con mayor facilidad.
Lo habitual es que haya una cultura dominante que se imponga sobre la otra haciendo uso de diversos mecanismos. Supongamos que dos ciudades limítrofes, pertenecientes a distintos países, están en permanente contacto más allá de la frontera que marca la separación de cada nación. En una de ellas, de mayor poderío económico, se habla inglés; en la otra, castellano. En la ciudad donde se habla castellano, sin embargo, de a poco comienzan a utilizarse términos en inglés debido a la influencia de los medios de comunicación y de los productos de la otra. Los habitantes, por otra parte, adoptan costumbres y tradiciones de sus vecinos, abandonando las propias. Puede decirse que en la ciudad latina, por lo tanto, se lleva a cabo un proceso de deculturación.
La globalización es uno de los fenómenos que se considera que más está apostando tanto por la deculturación como por la aculturación y por la enculturación. Precisamente un claro ejemplo de esto en relación al primer término que nos ocupa es que cada vez más en España y en países de América del Sur se está dejando de lado una tradición como es la celebración del Día de los Difuntos.
En concreto, lo que está sucediendo es que las generaciones más jóvenes no lo festejan como se venía haciendo desde hace muchas décadas. Ahora aquellas lo que hacen es conmemorar tal fecha con una fiesta que nada tiene que ver con la costumbre de sus respectivos países. Y es que optan por decantarse por Halloween, lo que les lleva simplemente a disfrazarse y a acudir a algún evento para pasarlo en grande con comida y bebida.
Sin embargo, estas costumbres se siguen manteniendo gracias a multitud de personas que siguen honrando a sus difuntos llevándoles flores al cementerio y no bailando en una discoteca disfrazadas de cualquier personaje de terror.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto el hecho de que, en la mayoría de las ocasiones, la deculturación se produce como consecuencia de una prohibición o incluso de una imposición.
Ejemplos de ese fenómeno que nos ocupan son, como hemos conocido a lo largo de la historia, desde sustituir la lengua que se venía utilizando por otra hasta modificar por completo las maneras de alimentarse e incluso de vestir.