Definición de deambulación
Se denomina deambulación al acto de deambular: movilizarse sin rumbo ni dirección. El concepto puede asociarse a la noción de merodeo. Por ejemplo: “Por motivos de seguridad en este sector del hospital está prohibida la deambulación por los pasillos”, “La deambulación de los perros callejeros molesta a algunos vecinos, que reclaman medidas al gobierno”, “El anciano, afectado por el mal de Alzheimer, salió de su casa por la mañana e inició una deambulación que se extendió por más de diez horas, hasta que fue encontrado por su hijo”.
La idea de deambulación es de uso frecuente en el terreno de la medicina para referirse a la acción que realiza una persona cuando camina sin rumbo fijo. Se trata de una problemática que padecen individuos con alteraciones mentales, como Alzheimer o demencia senil.
Estos pacientes experimentan la necesidad de caminar y por eso pueden deambular por el lugar donde se encuentran o incluso salir a la calle para seguir movilizándose, aun cuando no se dirijan a ningún lugar en concreto. La conducta supone un riesgo ya que el sujeto puede extraviarse y ponerse en peligro.
Este trastorno se caracteriza por los movimientos exagerados y continuos, pero en cada persona puede tener patrones propios: por ejemplo, algunas lo manifiestan sin presencia de ansiedad, caminando en círculos o yendo de un punto a otro; otras, sin embargo, se mueven de manera nerviosa, como si quisieran detenerse pero no pudieran.
Especialmente en este último grupo de pacientes, se da que sus familiares sientan una profunda angustia ante la deambulación y no sepan cómo actuar para ayudarles sin empeorar la situación. Por lo general, buscan convencerlos de que se queden en la casa sin que parezca una imposición, o bien calmarlos para evitar que la ansiedad alcance un grado peligroso.
Para tratar de modo adecuado la deambulación en estas personas es necesario tomar en cuenta los riesgos implicados en cada caso: cuando se da dentro de la casa, el punto fundamental es evitar que se angustien y se frustren; si salen a la calle, la situación es potencialmente más grave, ya que pueden perderse, sufrir un accidente automovilístico o un robo a mano armada, entre otras posibilidades.
En las personas con mal de Alzheimer, la deambulación también puede aparecer como resultado de un exceso de ruido o luz, entre otros estímulos auditivos y visuales. Por otro lado, también puede surgir ante la ausencia total de estímulos, algo que conduce al aburrimiento o incluso a la necesidad de hallar a alguien con quien hablar.
También se puede llamar deambulación al tipo de marcha de una persona: es decir, a cómo camina. La deambulación normal supone el control y la coordinación de los movimientos de manera activa, con un desplazamiento voluntario y de acuerdo a la trayectoria decidida. Diversos trastornos orgánicos, sin embargo, pueden alterar la deambulación y hacer que el individuo tenga limitados sus movimientos o que no esté en condiciones de controlarlos.
Las personas de la tercera edad suelen tener diferentes trastornos de la deambulación, aunque en muchos casos la edad no sea la causa directa o bien ni siquiera tenga una relación con ellos. Para tratar esta serie particular de problemas se acostumbra aumentar la actividad motora por medio de diferentes terapias.
Dado que la mayoría de las personas aprendemos a caminar en poco tiempo y sin ningún problema, no es normal que prestemos atención a cada uno de los fenómenos y mecanismos que se ponen en marcha durante la deambulación. Lamentablemente, al envejecer todo se nos vuelve más difícil, y esto incluye la acción aparentemente tan sencilla de andar; cuando se combina el desgaste natural con la enfermedad, suele haber un retroceso a la falta de autonomía.