Definición de conurbación
El vocablo inglés conurbation llegó a nuestra lengua como conurbación. Se trata del conjunto formado por distintos núcleos urbanos que, en un principio, eran independientes, pero que debido a su crecimiento terminaron uniéndose.
El término lo acuñó el botánico y biólogo Patrick Geddes, nacido en Escocia en el año 1854, quien goza de un gran reconocimiento por sus ideas innovadoras en los ámbitos de la educación y la planificación urbanística. En 1915 habló por primera vez de este concepto en su libro Ciudades en evolución, al elaborar una descripción del crecimiento de varias ciudades mirándolas como un conjunto.
De todos modos, el sentido que Geddes le dio originalmente al término conurbación se acerca más a la idea de expansión de una ciudad en general, y no tanto a la fusión, por así decirlo, a la que hace referencia en la actualidad en los ámbitos del urbanismo y la geografía.
Para que se desarrolle una conurbación, tienen que existir diversos pueblos o ciudades ubicados cerca entre sí. Debido a las nuevas construcciones y al crecimiento demográfico, estas localidades van expandiendo su superficie hasta que los límites desaparecen y se juntan: resulta difícil establecer dónde termina un pueblo y dónde comienza el otro. La conurbación, de todos modos, no siempre implica la contigüidad física.
A pesar de que no es un requisito que los espacios construidos se encuentren ubicados de forma continua, se suelen crear carreteras para conectar los ámbitos suburbanos de cada ciudad. De esta manera, al hablar de conurbación hacemos referencia a regiones que por lo general abarcan varios cientos de kilómetros cuadrados.
Es habitual que, en una conurbación, cada miembro mantenga su independencia administrativa. Muchas veces las ciudades que integran una conurbación cuentan con un centro, distintos barrios y una periferia que le son propios, más allá de formar parte de un conjunto mayor.
La identidad de cada componente de una conurbación se mantiene a varios niveles, como ser las características de sus grupos sociales, de sus espacios suburbanos, su cultura, sus recursos económicos y las actividades que persigan planes de inversión para su desarrollo.
El Gran Buenos Aires, también conocido como conurbano bonaerense, es un ejemplo de conurbación que se produjo en Argentina. Los diversos partidos que rodean a la Ciudad de Buenos Aires o que se encuentran cerca de ella, como Florencio Varela, General San Martín, Lomas de Zamora, Avellaneda y San Isidro, forjaron una unión. En esta conurbación suelen distinguirse varios cordones: anillos sucesivos que se localizan de acuerdo a su proximidad a la Ciudad de Buenos Aires. Las localidades más cercanas a la Ciudad de Buenos Aires componen el primer cordón del conurbano bonaerense.
En Uruguay, por su parte, existe la conurbación Maldonado – Punta del Este. Estas ciudades solían mantener una distancia geográfica y cultural pero, con el correr de los años, se unieron de forma progresiva.
Es importante diferenciar la conurbación de la aglomeración urbana, un fenómeno que consiste en que una ciudad se expanda y «absorba» a los núcleos vecinos, convirtiéndolos en zonas suburbanas que forman parte de un todo en el cual existe una única organización del espacio. En pocas palabras, la aglomeración sí exige la continuidad espacial y no admite la independencia de funciones.
A grandes rasgos se distinguen tres tipos de conurbación: en el primero encontramos aquellas que surgen de un proceso regional que se asocia al desarrollo de la industria, donde las diferentes ciudades participan de la transformación; el segundo está relacionado con la crisis del campo y el crecimiento urbano; el tercero surge cuando una ciudad adquiere el suficiente poder como para dominar a las que se encuentran en sus proximidades.