Definición de contabilidad financiera
El concepto de contabilidad refiere a una ciencia o una técnica cuyo objetivo es aportar información de utilidad para la toma de decisiones económicas. La contabilidad, por lo tanto, analiza el patrimonio y sus movimientos, reflejando los resultados en estados contables que resumen una situación económica.
Se puede entender la contabilidad como una ciencia ya que genera conocimiento sistemático, verificable y falible, mientras que también es una técnica ya que sus procedimientos permiten procesar y aplicar datos.
El adjetivo financiero, por su parte, refiere a lo perteneciente o relativo a la Hacienda pública, a los negocios mercantiles o a las cuestiones bursátiles y bancarias.
La noción de contabilidad financiera, por lo tanto, hace mención a la contabilidad que produce y entrega información sobre el estado económico de una empresa a los agentes interesados (inversores, clientes, etc.). Esta contabilidad, también conocida como externa, está regulada de manera oficial.
La contabilidad financiera recopila, registra, clasifica, sumariza e informa las operaciones que pueden cuantificarse en dinero y que realiza una entidad económica. Lo que hacen los contadores, en definitiva, es reflejar la historia económica de una empresa. Los estados contables permiten tomar decisiones a los directivos e informar datos requeridos por accionistas u organismos estatales.
Entre las actividades de los responsables de la contabilidad financiera de una empresa, pueden mencionarse el registro sistemático y cronológico de las operaciones y la entrega de informes sobre los movimientos financieros a quien corresponda.
Esto permite determinar cuál es el activo y cuál es el pasivo de una empresa, conociendo sus ganancias o pérdidas. La contabilidad financiera también es necesaria para realizar una correcta liquidación de los impuestos.
Principios generales de la contabilidad
Entidad
Se trata de una unidad que lleva a cabo actividades de tipo económico y que está formada por combinaciones de recursos humanos, naturales y capital, los cuales coordina una autoridad que enfoca sus decisiones en la realización de los objetivos para los cuales fue concebida. Una entidad puede ser una persona jurídica o natural, o bien una combinación de ambas y no se limita a la constitución legal de las partes que la conforman.
Énfasis
La contabilidad financiera hace énfasis en el plano económico de los eventos y las transacciones, incluso cuando la forma legal discrepe y requiera de un tratamiento distinto. Por lo tanto, las transacciones y los eventos se deben considerar, registrar y revelar según su sentido financiero y su realidad, a diferencia de una mera observación de su forma legal.
Cuantificación
Los datos que se cuantifican representan una importante ayuda para la comunicación de la información económica y para la toma racional de decisiones.
Unidad de medida
El dinero es un elemento fundamental para la actividad económica y, por lo tanto, para la contabilidad financiera, ya que permite medir y analizar. A pesar de no ser la única unidad de medida, el dinero es el medio que permite expresar con mayor efectividad los intercambios materiales y de servicios, así como los efectos económicos que los eventos tienen en la entidad.
Dualidad económica
Para comprender correctamente la estructura de la entidad y de su conexión con otras, es imprescindible presentar de manera contable los recursos económicos que tiene a su disposición para realizar sus objetivos y las fuentes de los mismos.
Negocio en marcha
La contabilidad financiera considera la entidad como un negocio que opera y continuará haciéndolo en el futuro; en otras palabras, no se anticipa a su eventual liquidación o reducción sustancial de la escala de su funcionamiento.
Realización contable
Una de las tareas de la contabilidad financiera es cuantificar las operaciones llevadas a cabo por una entidad con otros integrantes de la actividad económica, así como los eventos que puedan afectarla, y esto suele hacerlo en términos monetarios. Algunos de los eventos y operaciones que se toman en cuenta son las transacciones económicas, las transformaciones internas que alteren la estructura de las fuentes o los recursos y cualquier evento externo que pueda repercutir a nivel monetario en la entidad.