Definición de conducente
Aquello que conduce o que permite avanzar puede ser calificado como conducente. Lo conducente, de este modo, guía o dirige a algo o alguien, ya sea de forma física o simbólica.
Algunos ejemplos
Por ejemplo: “Las autoridades deben tomar urgentemente medidas conducentes a reducir la inseguridad”, “Esperamos que el diálogo con los acreedores sea conducente y que pronto podamos alcanzar un acuerdo para la reestructuración de la deuda”, “El intendente quiere fomentar proyectos conducentes a la generación de puestos de empleo en la zona rural”.
Conducente es un adjetivo que significa «que conduce»
En los tres ejemplos vemos un uso similar, que responde a la acepción antes presentada. En el primero de ellos, el emisor sugiere que las autoridades actúen de manera urgente para disminuir la inseguridad en las calles. Precisamente, apela al término conducentes para adjetivar las medidas, dejando claro que espera que éstas «conduzcan» a las mejoras deseadas.
Continuamos con una oración en la cual no se dice de forma expresa y directa a qué espera el emisor que conduzca el diálogo que tendrá con sus acreedores, aunque sobre el final de la oración sí señala sus objetivos: reestructurar su deuda mediante un acuerdo, el cual debería desprenderse del diálogo en cuestión.
Finalmente tenemos un ejemplo similar al primero, ya que se dice que un intendente tiene la meta de propulsar proyectos que conduzcan al surgimiento de más puestos de trabajo en el campo. Notemos que en ningún caso se detallan las características que volverían conducentes las situaciones planteadas, y que es necesario contar con ciertos conocimientos específicos para deducirlas.
En contexto
Tomemos el caso de los centros educativos. Por lo general, las escuelas, las universidades y los colegios reconocidos por el Estado ofrecen cursos conducentes a la obtención de un grado académico. Esto quiere decir que, cuando una persona completa uno de sus cursos, alcanza un cierto grado: la formación, así, conduce a conseguir un título que certifica el grado alcanzado. Sin embargo, hay propuestas formativas que no son conducentes a un grado académico (un curso sobre la historia del sindicalismo que se dicta en un centro cultural, por mencionar una posibilidad).
Es importante señalar que el hecho de que un curso sea o no conducente a un grado académico no indica su calidad o relevancia. Para conocer estas características deberemos remitirnos a cada caso en particular. El contexto es esencial para hacer este análisis: una doctora en geología, por ejemplo, no requiere mayores títulos en su currículo, de manera que si completa un curso de un tema de su interés en el cual no le otorguen más que un certificado de asistencia no podemos considerar que haya malgastado su tiempo. En cambio, alguien que aún no posee un título terciario o universitario y se dedica únicamente a estos cursos cortos, probablemente pierda oportunidades laborales a las que podría aspirar con una formación oficial.
Una prueba conducente influye en el desenlace de un litigio
Para el derecho probatorio
En el terreno del derecho probatorio, una prueba conducente es la que, vinculada a un hecho demostrado, influye en la decisión del litigio. Por eso puede erigirse como un medio probatorio apropiado para la demostración de un hecho que es objeto de una pretensión. De esta manera, si la prueba resulta admisible con dicho objetivo, es conducente, a diferencia de lo que ocurre con las pruebas inconducentes (que, en el juez, no contribuyen a la formación de la convicción sobre los hechos).
Los juicios deben resolverse por medio de decisiones que se apoyen en pruebas que se presenten de manera oportuna y regular. Pero no vale cualquiera, sino una útil para demostrar el supuesto de hecho, pertinente y conducente al propósito de quien la presenta. Una prueba conducente lleva al medio probatorio necesario para la demostración del hecho en cuestión, se puede admitir para dicho cometido.