Definición de compulsión
Antes de entrar de lleno en el significado del término compulsión, vamos a proceder a conocer su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que deriva del latín, exactamente de la palabra “compulsio”, que puede traducirse como “apremio” o “fuerza que se hace a algo o alguno”.
Se denomina compulsión a una propensión exagerada e impetuosa hacia algo. El concepto es de uso frecuente en el ámbito de la psicología.
Puede decirse que una compulsión es una conducta obsesiva o adictiva que se desarrolla a partir de un estímulo que resulta subyugante para el individuo. Las compulsiones aparecen en personas que, en apariencia, se encuentran sanas, pero que no logran frenar la inclinación hacia el objeto que los atrae de forma desmedida.
Por lo general este trastorno psicológico aparece en sujetos que no encuentran estimulación en sus actividades cotidianas o que tienen angustia reprimida. Aquello que desencadena la compulsión se les presenta como una salida y les provoca un placer que desean experimentar una y otra vez.
Es importante establecer que existen distintos tipos de compulsiones:
Así, por un lado, no podemos pasar por alto la existencia de lo que se conoce como compulsiones cotidianas. Se trata de actividades que una persona realiza de forma rutinaria día a día y que acaban por convertirse en compulsivas. En concreto, eso es algo que puede suceder con actividades como tener sexo, dormir, practicar deporte, comer, limpiar…
Por otro lado, nos topamos con las llamadas compulsiones recreativas o lúdicas. Estas son las que se identifican porque comienzan siendo una simple manera de distraerse y acaban convirtiéndose en una rutina y de ahí en actividades compulsivas. Estas se identifican por el hecho de que la persona que las tiene es capaz de llegar a perder el sentido de la realidad. Es decir, puede incluso a llegar a olvidarse o a dejar de lado sus obligaciones.
Además de todo lo indicado, no podemos pasar por alto tampoco la existencia de otro tipo de compulsión que se produce con cierta frecuencia. Nos estamos refiriendo a la que se da en llamar compulsión a la repetición.
Un factor que se convierte en relevante en las llamadas compulsiones recreativas frente a las cotidianas es la adrenalina. Y es que esta se convierte en adictiva.
La compulsión puede ser provocada por diversas situaciones u objetos. Hay personas que desarrollan una compulsión por las compras: sienten todo el tiempo la necesidad de adquirir productos, incluso aquellos que no necesitan. Cualquier publicidad o promoción, o incluso el simple hecho de observar un producto, puede generar esa intención de concretar una compra.
Hay hombres y mujeres, por otra parte, que desarrollan una compulsión por la comida. Estos individuos intentan ocultar o tapar distintas frustraciones o angustias a través de la ingesta de alimentos. Son personas que comen en cantidades exageradas y a toda hora.
Los juegos de azar, el uso de dispositivos tecnológicos, la actividad deportiva y hasta el trabajo pueden convertirse en compulsiones cuando alguien no consigue controlar la manera en que se acerca a dichos estímulos.