Definición de colesterol
Con origen en el francés cholestérol, el concepto de colesterol describe a un alcohol de tipo esteroídico, blanco y que no puede disolverse en agua. Se trata de un esterol apreciable en los tejidos corporales y en la sangre de los organismos vertebrados, sobre todo en el hígado, el páncreas, la médula espinal y el cerebro.
El colesterol, según cuentan los expertos en Medicina, fue descubierto por Michel Eugène Chevreul a partir del análisis de cálculos de la vesícula biliar. Con el paso de los años se advirtió que la estructura de cada molécula de colesterol incluye una cabeza polar (formada por el grupo de los hidroxilos) y una porción apolar o cola (constituida por los sustituyentes alifáticos y los núcleos condensados).
El nivel de colesterol en el organismo puede incrementarse de manera exógena a partir del consumo de ciertos alimentos, como es el caso de las carnes rojas y la yema de huevo, por ejemplo.
Es importante tener en cuenta que el colesterol no siempre es dañino para la salud. Por el contrario, resulta imprescindible para la vida ya que es precursor de las hormonas sexuales, la vitamina D, las sales biliares (que ayudan en la digestión) y las balsas de lípidos.
La cuestión esencial es que el organismo requiere de una cierta cantidad de colesterol en la sangre para satisfacer sus necesidades. Los problemas aparecen con el exceso, que produce la aterosclerosis de las arterias vitales y puede propiciar el desarrollo de enfermedades coronarias y cerebrovasculares.
Los especialistas recomiendan ingerir alimentos con baja cantidad de grasas saturadas y el desarrollo de actividades físicas para evitar que el nivel de colesterol alcance valores perjudiciales para la salud.
El colesterol y el riesgo cardiovascular
Existen dos tipos de colesterol: el malo (que se deposita en las arterias y las tapona) y el bueno (que se une a la partícula HDL y transporta el colesterol en exceso hacia el hígado, donde es destruido)
El verdadero peligro que implica el colesterol alto para el organismo es la posibilidad de que se produzca una crisis de hipercolesterolemia. Según estudios, se sabe que aquellas personas que poseen un índice de colesterol en la sangre superior a 240, corren el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que los que tiene un nivel más bajo a 200.
Esto se debe a que llega un momento en que las células no son capaces de absorber todo el colesterol que viaja en la sangre y los excesos comienzan a acumularse en las paredes de las arterias y lentamente van taponándolas, hasta originar una arteriosclerosis. La solución a este problema es llevar una alimentación equilibrada a fin de evitar que el colesterol malo ascienda demasiado; si se han sufrido infartos de miocardio, la prevención debe ser más exhaustiva para evitar nuevas crisis.
La mejor forma de evitar accidentes cardiovasculares y de equilibrar nuestro colesterol es llevando una alimentación sana que no contenga grasas saturadas. La dieta más recomendada es la mediterránea porque brinda un aporte en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, presentes en pescado y aceites, que favorece considerablemente al control del exceso de colesterol.
Veganismo y colesterol
La filosofía vegana se basa en el respeto a la naturaleza e incluye una alimentación nutritiva donde no se incluyen la carne ni ningún producto de origen animal. Si bien existen muchos detractores que aseguran que el ser humano necesita de la carne porque es la principal fuente de proteínas y que algunas personas que llevan una dieta vegana han manifestado problemas de salud debidos al bajo nivel de colesterol en la sangre, se sabe que una dieta vegana balanceada es lo ideal para mantenerse sano.
Los veganos que se alimentan ordenadamente manifiestan niveles de colesterol malo muy inferiores a los presentes en personas que llevan una alimentación con carne y no suelen sufrir de problemas cardiovasculares; esto se debe a que las comidas veganas son bajas en grasas saturadas y casi no contienen colesterol (presente en abundancia en productos de origen animal) lo que evita que los niveles se disparen.
Pero una dieta vegana no sólo trae beneficios para mantener el colesterol equilibrado; además ayuda a controlar la diabetes (los enfermos insulino-dependientes podrían verse favorecidos al punto de reducir su dosis de insulina) y evitar la formación de cálculos renales o biliares. Pero fundamentalmente, el veganismo te acerca a la naturaleza en general y a los animales en particular y te permite vivir en armonía con el medio, aportando tu granito de arena para que el maltrato y la explotación animal desaparezcan de nuestras sociedades.