Definición de climatología

El concepto de climatología puede usarse para aludir al conjunto de las propiedades y los factores que caracterizan a un cierto clima. El término clima, en tanto, refiere a las condiciones de la atmósfera que son habituales en una zona.

Por ejemplo: “Por la climatología de la provincia, es habitual que deban cancelarse vuelos en la temporada de invierno ya que las intensas nevadas ponen en riesgo a los aviones”, “Este es un destino de playa muy popular durante todo el año gracias a su climatología”, “Debido a la climatología de la región, las autoridades han diseñado operativos de emergencia para responder ante eventuales fenómenos intensos”.

La climatología también es la disciplina científica que se dedica al análisis del clima. Se la ubica entre las ciencias de la Tierra o más precisamente como una rama de la geografía.

Muchas veces se produce una confusión entre la climatología y la meteorología. Ambas se orientan a los fenómenos que ocurren en la atmósfera, aunque con distintos objetivos.

La climatología busca conocer cómo cambia el clima a lo largo del tiempo, centrándose en sus características en el largo plazo. La meteorología, en cambio, apunta a investigar las modificaciones que se registran continuamente en la atmósfera, pudiendo realizar así pronósticos para el corto plazo.

Esto quiere decir que, gracias a la climatología, puede hablarse de los distintos climas que existen en la Tierra, como el clima polar o el clima tropical, por ejemplo. Por la meteorología, en tanto, podemos saber si lloverá mañana o qué temperatura se espera para el fin de semana.

Cuando hablamos de «largo plazo» realmente nos referimos a períodos de tiempo muy extensos, ya que el clima suele mantener una cierta regularidad durante muchos años. En algunos casos, su estabilidad puede abarcar períodos geológicos enteros, de manera que estamos hablando de decenas de millones de años.

El estudio de la climatología requiere la observación de la atmósfera a lo largo de mucho tiempo. El período mínimo establecido por la Organización Meteorológica Mundial es de treinta años, aunque algunos especialistas aseguran que debería ser más extenso, incluso superior a los cien, para obtener datos más fiables.

Esta ciencia que en la actualidad goza de una estructura académica se originó como todas las otras, de las inquietudes de los primeros estudiosos. En este caso particular, debemos mencionar a Claudio Ptolomeo, un científico griego del siglo II que se interesó por varios campos, incluyendo la astronomía, las matemáticas y la geografía. Una de sus obras escritas más importantes se titula precisamente Geografía, y en una de sus tres partes habla de la variación del clima de nuestro planeta que se puede observar entre una zona y otra.

Dado que la climatología nos permite conocer las características que el clima en cada zona tendrá durante mucho tiempo hasta que se registren cambios considerables, el ser humano aprovecha estos conocimientos para planificar y desarrollar muchas de sus actividades. Así como la meteorología nos permite saber si nos conviene llevar el paraguas al trabajo, la climatología nos señala los mejores terrenos para cultivar determinadas especies de verduras, por ejemplo, algo que beneficia directamente la agricultura.

En este contexto existe el concepto de topoclima, aquél que se registra en una ladera, una ciudad o una comarca, por ejemplo, y que se diferencia del propio de la zona. Esto puede tener lugar cuando un factor geográfico (hidrografía, geomorfología, etcétera) del conjunto de las condiciones ambientales en el cual se desarrollan las comunidades vegetales afecta el clima local. Si no se puede subdividir, entonces se denomina microclima; por ejemplo: bajo la copa de un árbol o en el interior de una habitación.

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