Definición de cizaña
El término griego zizánia pasó al latín como zizanĭa, que a nuestro idioma llegó como cizaña. Así se denomina a una planta que pertenece al grupo familiar de las gramíneas, cuya principal particularidad es que sus semillas y la harina obtenida de ellas resultan tóxicas.
De nombre científico Lolium temulentum, la cizaña presenta cañas o tallos que pueden superar el metro de altura. Sus hojas miden unos veinte centímetros de largo y sus flores se desarrollan en espigas.
La cizaña suele criarse de manera espontánea en los sembrados donde crece el trigo. Por eso es considerada como una maleza. Es habitual que la cizaña albergue hongos que intoxican la planta, con las toxinas acumulándose en sus granos. El consumo de estos granos y de harinas que incluyan cizaña resulta perjudicial.
De la misma manera, no hay que pasar por alto que en “La Biblia”, concretamente en el Evangalio de San Mateo, se incluye la parábola del trigo y la cizaña. En el Nuevo Testamento esta viene a ser la parábola número doce que viene a abordar el tema del respeto y de la tolerancia a lo que son las personas que tengan una religión diferente.
También es conocida por los nombres de parábola de la cizaña o la parábola de la mala hierba.
Por esta característica de la planta, la noción de cizaña suele utilizarse simbólicamente de distintas maneras vinculadas a cuestiones dañinas. Al vicio que irrumpe entre buenas costumbres y acciones se lo llama cizaña, al igual que a aquello que echa a perder alguna cosa.
También se habla de “sembrar cizaña” o de “meter cizaña” cuando alguien actúa para que otras personas se peleen o tengan algún conflicto. Supongamos que un trabajador le comenta a un compañero: “Estoy enojado con el jefe porque siento que no me valora”. El interlocutor, en lugar de intentar tranquilizarlo, le dice: “Sí, ayer me pareció escuchar que te trató de incapaz con el dueño de la empresa. Creo que deberías increparlo para que no te siga faltando el respeto”. Esta respuesta sirve para meter cizaña ya que no ayuda a solucionar el problema, sino todo lo contrario: posiblemente el trabajador encare con furia a su jefe por una simple sensación o una sospecha.
Además de todo lo expuesto, no podemos pasar por alto que también se ha utilizado el término que nos ocupa dentro del ámbito literario. Buena muestra de ello es la obra “La cizaña”, que viene a ser el álbum número 15 de la serie de cómic francés protagonizada por Astérix y Obélix, creada por René Goscinny y por Albert Uderzo.
En el año 1970 fue cuando se llevó a cabo la publicación de ese libro que viene a contar que Julio César, cansado de que el pueblo galo consiga siempre resistir a los envites romanos, decide tomar cartas en el asunto. Exactamente toma la decisión de generar “cizaña” en el seno de los habitantes del citado poblado para que así eso les haga vulnerables y el Imperio Romano pueda conseguir someterles.
Lo que hará será enviar hasta allí a Perfectus Detritus, un hombre que tiene la “habilidad” de conseguir que surjan problemas que confronten a las personas.