Definición de citoesqueleto
Para poder conocer a fondo el significado del término citoesqueleto, se hace necesario, en primer lugar, descubrir el origen etimológico del mismo. En este caso, podemos exponer que es una palabra que deriva del griego pues es fruto de los siguientes componentes griegos:
-El sustantivo “cito”, que es sinónimo de “célula”.
-La palabra “skeletos”, que viene a referirse al “esqueleto”, es decir, al conjunto de huesos del cuerpo de los vertebrados que viene a proteger a los órganos internos.
El citoesqueleto es un sistema compuesto por proteínas que se halla en las células y que posibilita el desplazamiento celular. Este entramado además contribuye a la organización de las estructuras de la célula, a la cual le brinda un soporte para que conserve su forma.
Muchas de las funciones de la célula, de hecho, son desarrolladas gracias a la presencia del citoesqueleto. Además de la movilidad también permite, por ejemplo, la división celular.
Entre los componentes citoesqueléticos de las células eucariotas encontramos los microtúbulos, los filamentos intermedios y los microfilamentos. Los microtúbulos, que se desarrollan en la extensión del citoplasma, surgen mediante la polimerización de las proteínas tubulinas beta y alfa.
De los microtúbulos podemos destacar otra serie de aspectos de interés como son los siguientes:
-Tienen forma de tubo y cuentan con un tamaño de entre 20 a 25 milímetros de diámetro.
-Ejercen una labor fundamental a la hora de conseguir que las vesículas y las organelas se muevan.
-Vienen a crecer del centrosoma a la periferia de la célula en cuestión.
-Lo que es el movimiento externo de la célula se logra a través de los flagelos y las cilias.
Los filamentos intermedios del citoesqueleto están considerados como los elementos de mayor estabilidad en el citoesqueleto. La desmina, la vimentina y la citoqueratina son algunas de las proteínas que lo componen. En cuanto a los microfilamentos, presentan un par de cadenas de actina que se enlazan en una hélice.
De la misma manera, no podemos pasar por alto otra serie de proteínas que vienen a componer a los filamentos intermedios. Nos estamos refiriendo a algunas tales como la nestina, las láminas nucleares o la proteína ácida fibliar glial, que también es conocida por el nombre de GFAP.
Además de esos filamentos podemos destacar el hecho de que cuentan con unos 10 milímetros de diámetro y que se encargan de otorgarle fuerza de tensión a la célula.
En cuanto al citoesqueleto de las células procariotas, en un principio se pensaba que no existía. Sin embargo, con el tiempo se detectaron estructuras similares a las que presenta el citoesqueleto en las células eucariotas.
El llamado citoesqueleto de procariotas, por lo tanto, está formado por los diversos filamentos estructurales de este tipo de células. Al igual que sucede en las eucariotas, el citoesqueleto está implicado en funciones como el mantenimiento de la forma y la división celular. La crescentina, la MreB y la FtsZ son los componentes del citoesqueleto en las células de los organismos procariontes.