Definición de cassette
Cassette es un vocablo francés que llegó a nuestra lengua como casete. De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española (RAE), casete es un término que puede utilizarse tanto en masculino como en femenino.
Un cassette o casete es una especie de caja plástica que en su interior alberga una cinta magnética que permite registrar y reproducir sonidos. Los cassettes, por lo tanto, son soportes que posibilitan el almacenamiento y la distribución de música y de cualquier otra manifestación sonora.
Aunque la noción suele aludir a las cintas magnéticas que registran sonidos, en ocasiones se utiliza la idea de cassette para aludir a las cintas que graban imágenes en movimiento (videos). En esos casos se puede distinguir entre el cassette de audio y el cassette de video o videocassette.
En la evolución tecnológica de la reproducción de música, el cassette sucedió a los discos de vinilo. Entre fines de la década de 1970 y mediados de los ’90, el cassette fue el sistema más popular para escuchar música. Las cintas no solo podían escucharse en reproductores hogareños, sino también en reproductores portátiles conocidos como walkman. Con el tiempo, el cassette perdió preponderancia y fue reemplazado por el disco compacto o CD.
En concreto un cassette es una carcasa de plástico con dos carretes que permiten el paso de una cinta magnética, la cual presenta pistas estereofónicas. Las cintas tienen dos caras o lados (A y B), que permiten que el cassette pueda reproducir sonidos de un lado y, al darlo vuelta, reproducir otros sonidos diferentes. Si el oyente decide volver a escuchar una grabación, debe rebobinar la cinta.
Si bien en la actualidad las generaciones más jóvenes nunca han visto un cassette de música, se trata de un medio de grabación y reproducción que hasta principios de los años 90 era muy común en muchas partes del mundo, a pesar de que el CD ya llevaba un tiempo en el mercado.
El cassette, tanto de música como de vídeo, ofrecía una forma compacta de llevar la música a todas partes en una época en la que todavía casi nadie imaginaba la posibilidad de conectarse a una red mundial por medio del aire para acceder a cualquier canción en plena vía pública, durante un viaje en tren o mientras aguardamos el autobús por la mañana.
Al igual que ocurre hoy en día con la música en formato digital, la piratería era moneda corriente en el pasado, y el cassette fue uno de los principales culpables ya que permitía la copia de álbumes enteros con un mínimo esfuerzo: bastaba con comprar un cassette virgen, un producto absolutamente legal, y colocarlo en un equipo con doble casetera junto con el original para comenzar el proceso.
Dado que la información se almacenaba de forma analógica, no era posible copiar el contenido de un cassette a otro en cuestión de segundos, aunque con los avances de la tecnología de la época surgieron los equipos capaces de duplicar la velocidad de copia, algo muy apreciado por los fanáticos de este formato.
Una curiosidad del cassette, tanto del de música como del de vídeo, es que resultaba muy fácil violar su seguridad para, por ejemplo, convertir uno protegido contra escritura en uno virgen y así utilizarlo como medio de almacenamiento; del mismo modo, una vez que se copiaban los datos deseados, el usuario podía optar por protegerlos sin dificultad.
La seguridad que ofrecía el cassette podría considerarse precaria en comparación con los sistemas modernos de encriptación, ya que simplemente consistía en cubrir o descubrir dos orificios de la carcasa, algo que se podía hacer incluso con pequeños trozos de papel.