Definición de caso clínico
La etimología de caso nos lleva al latín casus. El término refiere a un suceso, un hecho o un asunto. Clínico, por su parte, es un adjetivo que alude al ejercicio de la medicina, por lo general vinculado al estudio de los pacientes y al tratamiento de sus dolencias.
El concepto de caso clínico, en este marco, puede aludir a la exposición detallada del estado de salud de un paciente. Se trata de la expresión particular de un fenómeno en el organismo de un individuo o de un conjunto de sujetos.
Por lo general, el caso clínico incluye alguna característica peculiar que le confiere un interés especial para los médicos o los docentes. Por eso el diccionario de la Real Academia Española (RAE) reconoce la noción como un proceso morboso que suele escapar de lo habitual.
Los casos clínicos implican una descripción de aquello que le acontece a una persona durante el curso de algún tipo de enfermedad. Dicha descripción no se forma solamente con las observaciones del médico y las manifestaciones del paciente, sino que también incluye información obtenida a través de los procedimientos de diagnóstico y del tratamiento desarrollado. El seguimiento de la evolución del individuo debe ser incluido en el caso clínico.
El estudio de los casos clínicos contribuye a la formación de los médicos, al intercambio de experiencias, a la evaluación de las técnicas y al reconocimiento de nuevas enfermedades. Esto se debe a que el caso clínico permite revelar un vínculo no previsto entre un síntoma y una enfermedad, descubrir una presentación atípica de la enfermedad en cuestión o conocer efectos secundarios de un tratamiento, por citar algunas posibilidades.
Esto se encuentra enlazado con los objetivos fundamentales del caso clínico, ya que el primero de ellos es permitir que los médicos con menos experiencia puedan aprender de los veteranos e incluso de ellos mismos gracias a poder evaluar situaciones determinadas que aparecen en el transcurso de su trabajo con los pacientes. Es importante señalar que los casos clínicos han sido objeto de estudio, tanto de los estudiantes como de los médicos, ya desde la antigüedad.
Otro de los objetivos del estudio de los casos clínicos es contribuir a mejorar y modificar la práctica de la medicina clínica; precisamente, si no se presentaran nuevos desafíos, situaciones ausentes en los libros de teoría, la ciencia se estancaría, se convertiría en un saber petrificado y carente de misterio. Por suerte, esto no podría ocurrir ya que la vocación siempre lleva a los seres humanos a buscar nuevas fronteras.
Si bien por un lado el caso clínico es una herramienta que permite conocer en mayor profundidad las características de las enfermedades conocidas, también abre las puertas al descubrimiento de muchas otras que hasta el momento habían sido ignoradas por falta de evidencias.
De modo similar, gracias al estudio de los casos clínicos es posible proponer nuevas técnicas de diagnóstico y terapia para poner a prueba, así como descubrir efectos secundarios de ciertos fármacos, tanto beneficiosos como adversos. No es raro encontrarnos en los medios de comunicaciones con noticias de este tipo que ponen en duda la efectividad o, peor aún, la seguridad que supone el consumo de ciertos medicamentos.
Esto también sucede con algunos procedimientos que se creían libres de riesgo, como ser ciertas intervenciones quirúrgicas, y que un buen día comienzan a dejarse en desuso por haber causado un número preocupante de reacciones adversas. Curiosamente, no es tan común dar con la situación opuesta, es decir, con un comunicado público que se centre en una serie de beneficios de un medicamento o procedimiento que todavía no hubieran sido apreciados.