Definición de cartomancia
Se denomina cartomancia a la práctica adivinatoria que se desarrolla con naipes. Un naipe, en tanto, es una carta: una cartulina que exhibe ciertos dibujos y que suele utilizarse en juegos de azar.
Para el desarrollo de la cartomancia (o cartomancía, con acento en la letra I, según acepta la Real Academia Española) suelen utilizarse la baraja española o las cartas del tarot. Es importante aclarar que, para la ciencia y desde lo racional, la adivinación no es posible, con lo cual la cartomancia se enmarca en el terreno de las supersticiones.
Muchas veces los términos cartomancia y tarot se emplean como sinónimos. Sin embargo, hay que mencionar que el tarot, como acción que apunta a conocer hechos futuros, es una forma de cartomancia. El tarot, además, ofrece interpretaciones de sueños e incluso de situaciones que una persona atraviesa en el presente.
De este modo, el tarot no se refiere solo al porvenir: incluso, de acuerdo a los tarotistas y a quienes creen en ellos, puede ayudar a desentrañar aquello que se aloja en el inconsciente del sujeto. La cartomancia, en cambio, siempre alude a acontecimientos que aún no sucedieron.
Puede decirse, en definitiva, que la cartomancia es un proceso de ribetes mágicos. Aquel que dice estar en condiciones de conocer el futuro al observar las cartas se está atribuyendo una capacidad sobrenatural (o sea, que excede los límites del ser humano).
Más allá de esta cuestión, la cartomancia también contempla un sistema de interpretación de las cartas. En este contexto, entra en juego la subjetividad del supuesto adivino. Quien tira o lee las cartas recurre a cierto saber adquirido o a la intuición para “interpretar” los dibujos y así realizar sus augurios.