Definición de campánula
La noción de campánula proviene del latín científico campanula, que se traduce como “campanita”. El término se utiliza para hacer referencia a un farolillo: es decir, a una planta que forma parte del grupo familiar de las campanuláceas.
Antes de avanzar es importante mencionar que las campanuláceas pertenecen al conjunto de las angiospermas: son fanerógamas (sus órganos reproductivos son visibles a modo de flor) con carpelos que dan lugar a un ovario donde se almacenan los óvulos. Además son dicotiledóneas ya que su embrión presenta dos cotiledones (las primeras hojas).
Retomando la idea de campánula o farolillo, se trata de una planta cuyos tallos, de tipo herbáceo, son estriados, desarrollan ramas y pueden alcanzar una altura de unos ochenta centímetros. Sus hojas son oblongas y se caracterizan por su vellosidad y su aspereza.
En cuanto a las flores de la campánula, tienen forma de campana y son rojas, blanquecinas, jaspeadas o moradas, con pedúnculos de gran extensión. Estas flores además sobresalen por su gran tamaño.
Las campánulas suelen cultivarse en jardines. Es una especie muy valorada debido a que resulta de fácil cultivo y su floración se desarrolla a lo largo de todo el verano.
Una campánula puede crecer en una maceta en una terraza, un patio o un balcón. Los expertos en jardinería subrayan que subsiste con sombra ligera o a pleno sol y que es capaz de tolerar heladas de poca intensidad.
Entre los cuidados que demanda aparece el riesgo frecuente. Además hay que prestar atención a los pulgones y las arañas rojas, que son dos de los animales que pueden afectar a las campánulas.