Definición de burla
Una burla es un comentario o un gesto que tiene la finalidad de ridiculizar a una persona, un objeto o una situación. De acuerdo al contexto y a la región geográfica, puede considerarse la burla como sinónimo de broma, chiste, chanza o cargada.
Por ejemplo: “La maestra, cuando advirtió que Raúl le hacía burla, lo castigó de manera inmediata”, “Supongo que el presidente no hablaba en serio, ya que sus palabras fueron una burla para todos los habitantes de esta ciudad”, “Estoy cansado de recibir burlas por mi apellido”.
Las burlas pueden tomarse como algo positivo o negativo de acuerdo al contexto. Cuando dos o más personas tienen confianza entre sí y están interactuando de una forma amena, pueden burlarse mutuamente sin que se produzca ningún daño. Por lo general, en estos casos la burla se toma como algo simpático que causa gracia y que resulta divertido. Supongamos que un hombre está conversando con un amigo y se confunde de nombre, llamándolo de otra forma; la persona aludida de manera errónea puede reírse y hacerle burla a su interlocutor por su equivocación, sin que eso ofenda al primero.
En cambio, cuando la burla pretende humillar al otro, se trata de una cuestión condenable y peligrosa. Un individuo puede convertirse en el centro de burlas por su religión, su vestimenta, su aspecto físico o su sexualidad, entre otras posibilidades, y esto no es agradable para nadie. Si las burlas se repiten de manera sostenida, podrá incluso hablarse de acoso. Varios ejemplos de este tipo de burla pueden encontrarse en las escuelas, cuando algunos niños son molestados por sus compañeros constantemente y se convierten en víctimas del fenómeno conocido como bullying.
La burla en el colegio
Miles de niños pasan por esto a diario, y la mayoría no sabe cómo enfrentarlo. Se levantan temprano para ir al colegio, luchando entre la necesidad de no decepcionar a sus mayores y el miedo de acercarse a ese edificio en el que sufrirán un gran número de situaciones desagradables y ofensivas que creen imposibles de evitar. La burla es como un compañero más, como una presencia que los aguarda en el colegio y que no se cansa de actuar.
Lamentablemente, tanto la actitud de los abusadores como la debilidad de los abusados tienen sus raíces en la crianza, en la forma de ser de sus mayores y en sus enseñanzas; esto hace que una situación que debiera ser un mero enfrentamiento entre dos bandos se vuelva muy compleja, como una red de valores distorsionados que se ramifica por varias generaciones y continúa haciendo daño a medida que se desarrolla. Un padre resentido que le transmite su frustración a sus hijos siembra una peligrosa semilla que no sólo no repara su propio sufrimiento sino que pone en riesgo el bienestar de terceros.
En un mundo ideal no existiría la burla. ¿Por qué reírnos de las diferencias, en lugar de aprender de ellas? ¿Qué resulta gracioso del exceso de peso de un compañero, o del tamaño de su nariz o sus orejas? ¿Realmente nuestro organismo quiere responder con la risa ante una enfermedad como el síndrome de Asperger o el mal de Parkinson? Es inaceptable que nuestra especie sea capaz de causar tanto daño gratuitamente, pero existen razones detrás de dicha maldad.
Detrás de todo abusador suele haber un abuso. Un niño que se burla ha sido víctima de burlas anteriormente, o continúa siéndolo en otro entorno. La violencia engendra violencia, un dicho popular de nuestra lengua, tan cierto como pocos, pero que no se repite lo suficiente. La burla puede parecer inocente, pero es tan grave que puede llevar al suicidio o a la depresión, si es que no se canaliza afectando a más gente.