Definición de bonhomía
El vocablo francés bonhomie llegó a nuestro idioma como bonhomía. El término hace referencia a la bondad, la cordialidad y la simpleza de un individuo.
La bonhomía, por lo tanto, es una cualidad de la personalidad y un rasgo que puede advertirse en la conducta. Aquel que dispone de esta característica actúa de manera solidaria, compasiva y honrada.
La filantropía y el altruismo son otros valores implícitos en la bonhomía. Quien tiene bonhomía, en definitiva, es una buena persona.
Por ejemplo: “El famoso artista volvió a mostrar su bonhomía al ofrecer un concierto a beneficio de las víctimas de la inundación”, “Siempre trato de actuar según lo que dicta la bonhomía”, “En el mundo de hoy es cada vez más difícil encontrar rastros de bonhomía…”.
Tomemos el caso de una mujer que invierte su tiempo libre en ayudar a los demás. Suele preparar la comida en un comedor comunitario, da clases gratuitas de apoyo escolar a niños carenciados y lee cuentos a ancianos que viven en una residencia de mayores. Gracias a estas acciones, todos los que la conocen hacen hincapié en su bonhomía.
En cambio, un empresario que acumula una gran cantidad de dinero por explotar a sus empleados y dedicarse a actividades que atentan contra la salud de la población, y que nunca realiza donaciones ni apoya campañas de bien público, no se destaca por su bonhomía. Por el contrario, puede decirse que es un sujeto avaro, mezquino y egoísta que no contribuye al bienestar del prójimo ni al desarrollo de su comunidad.
Si bien la definición más aceptada de bonhomía hace referencia a las cualidades positivas antes mencionadas, como ser la honradez, la bondad, la afabilidad y la sencillez, también existe un punto de vista según el cual una persona cuyas acciones pertenezcan a esta descripción también es un tanto ingenua. En cada región de habla hispana hay términos o expresiones para hablar de este tipo de individuo que, en rasgos generales, podemos decir que es «demasiado bueno».
Claro que es difícil medir la bondad, y mucho más limitarla, señalar un punto a partir del cual se presenta en exceso. ¿Podríamos decir que a un niño sin hogar se lo debe ayudar hasta un límite definido, como ser darle comida pero no escucharlo, o intentar encontrarle una familia adoptiva pero mientras tanto no cobijarlo de las inclemencias del tiempo? El problema comienza en los casos en los que la persona que recibe la ayuda en realidad no la necesita, sino que finge una situación de emergencia para aprovecharse de la caridad ajena.
Cuando una mentira de este tipo se descubre y se aprecian los perjuicios que sufre la persona que ayudó al aprovechador es que se habla de «demasiada bondad». Es en este contexto que la definición de bonhomía con una connotación de ingenuidad podría usarse. Cabe señalar que no todos los individuos que se ven defraudados por alguien que los usa a base de mentiras se arrepienten de sus acciones, y este es otro punto que invalida la visión según la cual deberíamos ayudar hasta un cierto límite: la bondad debería existir de forma independiente a quien la reciba, y nunca está de más.
Si todos los seres humanos pusiéramos en práctica la bonhomía a diario, el mundo se convertiría en un lugar mejor en muy poco tiempo. Podríamos comenzar a combatir el hambre, la pobreza y la soledad en la que viven inmersas tantas personas. Además, por defecto se terminarían de manera instantánea los problemas relacionados con la violencia, tanto la que tiene lugar en el hogar como la de las calles, incluyendo los robos y las violaciones.