Definición de barra de título
La noción de barra tiene varios usos y significados. Puede hacer referencia a una pieza más larga que gruesa; un rollo de metal sin labrar; una palanca de hierro que se usa para mover algo pesado; el mostrador de un negocio; la hinchada de un equipo o de un deportista; el grupo de amigos que se reúne con asiduidad; o el signo gráfico que, en la escritura, se utiliza para separar.
Título, por otra parte, puede ser la palabra o frase que identifica el nombre de una obra; el reconocimiento que se otorga a una persona por sus conocimientos, su ascendencia u otra particularidad; el documento jurídico que fija una obligación u otorga un derecho; o el trofeo que se concede por un logro.
Podemos, con este panorama, centrarnos en el concepto de barra de título. Se trata de un componente de la interfaz gráfica de un software que presenta la identificación de la aplicación en uso o un dato semejante. La barra de título, junto a la barra de herramientas y la barra de tareas, forma parte de lo que se conoce como barras de menú.
Este elemento de la interfaz gráfica, que también se conoce como titlebar o title bar por su nombre en inglés, se halla en la parte superior de una ventana y exhibe un título que corresponde al contenido de la misma. Junto a esta barra horizontal suelen aparecer otros botones, como aquellos que permiten minimizar, maximizar o cerrar la ventana.
Por ejemplo: al cargar una página web en el navegador Mozilla Firefox, la barra de título mostrará el título del sitio (como FIFA.com o Sitio Oficial de las Naciones Unidas) junto al nombre del software (Mozilla Firefox).
Dados los cambios que los sistemas operativos han experimentado a nivel gráfico y de estructura en los últimos años, la barra de título ha dejado de tener tanta importancia como en el pasado, dado que en la era de las pantallas táctiles y los dispositivos móviles se suele utilizar un lenguaje más simbólico que textual; en la actualidad, por ejemplo, los iconos tienen más protagonismo que nunca, y por lo general se presentan sin ninguna leyenda que explique a qué hacen referencia.
Tomando como ejemplo el navegador Chrome, uno de los más populares de la actualidad, su diseño no cuenta con una barra de título propiamente dicha: al iniciarlo, se ve una pestaña que presenta los sitios más visitados y que da la opción de ejecutar las aplicaciones que el usuario tenga instaladas; mirando su límite superior es imposible saber de qué programa se trata si no se ha visto con anterioridad, aunque en esa primera pantalla sí hay un logo de Chrome ubicado al pie de la ventana.
Una vez que un usuario comienza a usar Chrome para visitar sitios Web, ya no quedan indicios del nombre del programa a la vista, sino que éste se debe deducir exclusivamente por su diseño. Sin embargo, cada página sí muestra su propio título en la pestaña misma, algo que todos los navegadores actuales comparten. Esto nos habla de una evolución que se apoya en el fenómeno de la masificación de la informática: dado que hoy en día mucha más gente utiliza ordenadores y dispositivos electrónicos que hace dos décadas, la curva de aprendizaje suele ser menor, por lo que ya no es tan necesario recordar a cada segundo el nombre de una aplicación.
Además, dada la experiencia de los usuarios, éstos se han vuelto más exigentes que nunca, y eso también explica la importancia de contar con un diseño único y llamativo, fácil de entender y con claras ventajas por sobre la competencia. A principios de los años 90, la mayoría de las aplicaciones se basaba en un diseño similar, que respondía principalmente a las posibilidades del sistema operativo para el cual hubiesen sido desarrolladas, y por esa razón era imprescindible la barra de título.