Definición de azogue
Azogue es un término con diferentes significados según la raíz etimológica que se tenga en cuenta. Si se considera que el concepto deriva del árabe hispánico azzáwq (que procede del árabe clásico zā’ūq o zāwūq, a su vez proveniente del pelvi zīwag), azogue alude al mercurio.
Elemento químico tóxico y pesado
El azogue o mercurio, en este marco, es un elemento químico metálico que se caracteriza por su toxicidad y por ser muy pesado. Su número atómico es 80 y su símbolo, Hg. En su símbolo se esconde parte de su etimología griega, ya que estas dos letras forman parte del término hydragyros, que se traduce como «agua» y «plata».
Hoy en día, el azogue se conoce como «mercurio», la base del termómetro tradicional
De presencia escasa en la corteza del planeta Tierra, el azogue es un muy buen conductor de electricidad, a diferencia de lo que sucede con el calor. Con él se realizan aleaciones que se emplean en el terreno de la medicina y de la odontología, por ejemplo, mientras que además se utiliza para elaborar plaguicidas y otros productos.
Curiosidades del azogue
Es importante mencionar que cuando se habla de azogue como sinónimo de mercurio, se trata de un nombre que ya no se usa sino que recibió durante mucho tiempo. En un pasado muy distante, los alquimistas estaban convencidos de que el azogue era un ingrediente fundamental para dar con la codiciada piedra filosofal, la cual se creía una fuente de poder inigualable, con la capacidad de volvernos inmortales, curar todas las enfermedades e incluso convertir en oro todos los metales.
Su descubrimiento tuvo lugar en el año 1490, cuando un fabricante de bañaderas de madera ubicado en las proximidades de Idrija, en Eslovenia, notó un brillo en el agua que llamó su atención. Precisamente allí podemos encontrar una mina que se ocupa el segundo puesto en la lista de las fuentes de azogue más grandes del mundo; el primero es para la de Almadén, ubicada en Ciudad Real.
Pero el azogue no siempre acarreó beneficios para el ser humano, ya que, como bien sabemos en la actualidad al estudiar las propiedades del mercurio, puede resultar muy tóxico. De hecho, no fueron pocos los alquimistas que fallecieron por envenenamiento a causa de haberse excedido en su uso.
Los sombrereros del siglo XIX usaban compuestos derivados del azogue para procesar las pieles para que sus productos no se apolillasen, ya que resultan excelentes antisépticos. Sin embargo, dado que sus espacios de trabajo eran reducidos y cerrados, la constante inhalación de las sustancias tóxicas dañaba sus neuronas y les provocaba lo que hoy en día se conoce como mercurialismo. Este trastorno presenta síntomas tales como los cambios de personalidad, depresión, temblores e irritabilidad. El Sombrerero loco, de Lewis Carroll, está inspirado en esta patología.
Otras acepciones
También se llama azogue a la embarcación que se usaba para el traslado del mercurio desde el territorio español hasta el continente americano. Este metal pesado se usaba para el tratamiento de la plata.
Cuando azogue tiene como antecedente etimológico el árabe hispánico assúq (del árabe clásico sūq, que viene del arameo sūqā, vocablo derivado del acadio sūqu), hace referencia a una plaza donde se desarrollaban actividades comerciales. El azogue, de este modo, era el área en la cual se instalaban puestos callejeros y funcionaba un mercado.
El mercurialismo llevó a pensar que la locura era inherente al trabajo del sombrerero
La Real Academia Española (RAE), por otra parte, recoge en su diccionario la locución verbal coloquial “ser un azogue”. La expresión se usa para nombrar a aquel que es muy inquieto.
“Azogue”, por último, es el nombre en castellano de “Quicksilver”, el primer volumen del “Ciclo Barroco” de Neal Stephenson. Este volumen, a su vez, se compone de tres libros: “Azogue”, “El rey de los vagabundos” y “Odalisca”.