Definición de autoritarismo

El autoritarismo aparece cuando una autoridad abusa de su poder. El concepto también alude al sistema o al régimen de gobierno que se excede en el ejercicio de su autoridad.

Por ejemplo: “La gente está cansada del autoritarismo del gobierno”, “Si el presidente de la empresa sigue actuando con autoritarismo, los trabajadores comenzarán a rebelarse”, “El autoritarismo puede revertirse con el apego a la Constitución y el respeto por los valores democráticos”.

Es importante mencionar que el autoritarismo es un modo de ejercer la autoridad que trasciende al sistema de gobierno. Una dictadura siempre será autoritaria ya que con su mera permanencia en el poder viola las leyes y la voluntad popular. Un gobierno democrático, sin embargo, también puede ejercer el autoritarismo.

Un presidente democrático que gobierna a través de decretos, utiliza los medios de comunicación estatales para criticar a los opositores, no dialoga con los periodistas y reprime las protestas sociales con el uso de las fuerzas de seguridad es un mandatario que ejerce su poder con autoritarismo.

Veamos algunas de las características más sobresalientes del autoritarismo en el gobierno de una forma concisa:

* el pueblo se ve obligado a depositar todo el poder sobre un líder, de forma que el gobierno se vuelve unipersonal. Esta figura suele poseer un carisma especial que lo ayuda a ganarse la confianza de la gente antes de llegar a tomar el cargo al que aspira;

* no suele haber una ideología bien definida, a lo cual se suma la supresión de todos los partidos políticos. El autoritarismo responde a una serie de intereses individuales o de los sectores económicos que gozan de control y poder, tanto económico como político;

* para mantenerse en el poder, los gobiernos autoritarios suelen promover el terror, es decir, actuar sin límites para amedrentar al pueblo y bloquear cualquier intento de protesta o liberación;

* el ejército está muy presente en el día a día de un gobierno autoritario, tanto en la vía pública como en las escuelas, los hospitales y los edificios de gobierno, siempre recordando a los ciudadanos que no les conviene dar un paso en falso;

* una de las formas de violencia menos directas del autoritarismo es la manipulación de los medios de comunicación, los cuales se destinan a la propaganda política y el enaltecimiento del líder.

Más allá de la política, el autoritarismo puede aparecer en las relaciones sociales protagonizadas por individuos que no están en una misma posición en cuanto al poder. Una persona es autoritaria con su cónyuge y sus hijos cuando toma todas las decisiones familiares por su cuenta, sin escuchar a nadie. El dueño de una empresa, por su parte, ejerce el autoritarismo si no permite que sus empleados se expresen sobre las condiciones de trabajo o sobre cuestiones inherentes al funcionamiento de la compañía.

El autoritarismo siempre acarrea una serie de sensaciones negativas en quienes deben soportarlo, y entre ellas se encuentran la frustración y la impotencia. Cuando alguien toma decisiones que afectan directamente a otra persona sin darle la oportunidad de participar o de opinar, la balanza de la libertad y la justicia se inclina de forma desfavorable y, como todo desequilibrio, solamente es cuestión de tiempo antes de que derive en un estallido.

Así como tarde o temprano los pueblos se levantan contra los gobiernos dictatoriales para exigir el cumplimiento de sus derecho, la destitución de los dirigentes y el comienzo de una era de transparencia y respeto, algo similar ocurre en los círculos particulares cuando alguien es sometido al autoritarismo. La angustia que genera la sumisión y las humillaciones que debe soportar alimentan poco a poco una bomba de tiempo que, algún día, puede convertirse en un recurso para alcanzar la libertad.

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