Definición de autarquía
El término autarquía tiene dos raíces etimológicas diferentes, ambas procedentes de la lengua griega. Por un lado, autarquía puede derivar de autarchía, un concepto que se traduce como “poder total”. Por otra parte, la noción puede originarse en autárkeia: “autosuficiencia”.
La idea de autarquía, de este modo, alude a tener el dominio de uno mismo o a ser autosuficiente. Por extensión, se habla de autarquía cuando un Estado pretende satisfacer sus necesidades con recursos propios, sin depender de los demás.
Un régimen o sistema que pretende conseguir la autarquía, por lo tanto, persigue el autoabastecimiento. El objetivo es generar los recursos necesarios como para no tener que solicitar ayuda externa. La autarquía equivale a la independencia: no se necesita de otro u otros para el funcionamiento o la subsistencia.
Por lo general la autarquía es un ideal o un concepto teórico, ya que en la práctica es casi imposible de lograr. Una persona, por ejemplo, tiene autarquía si no depende de la sociedad para la satisfacción de sus necesidades esenciales. Ese sería el caso de un individuo que cultiva sus propios alimentos, se confecciona su ropa y se procura los medicamentos que necesita, por citar un caso.
Un país alcanza la autarquía cuando puede satisfacer las necesidades de sus habitantes sin depender de intercambios económicos con el exterior y sin tomar créditos externos. Para que esto sea posible, la nación en cuestión debe contar con una inmensa cantidad de recursos naturales y con industrias desarrolladas y sustentables que produzcan todos los bienes necesarios.
En ocasiones, se habla de las dictaduras como autarquías, tomando la primera acepción mencionada del término (la disposición del poder absoluto).
Como puede apreciarse en los párrafos anteriores, el concepto de autarquía (que también se conoce con los nombres economía autosuficiente, autosuficiencia y autarcía), no se centra únicamente en los gobiernos sino que sirve para describir la condición de cualquier sociedad, mecanismo, sistema industrial, lugar, nación o persona que luche por alcanzar una situación de autoabastecimiento.
Según el punto de vista desde el cual se analice, dicho estado puede ser considerado positivo o negativo. Positivo, si entendemos que la negación a recibir ayuda por parte de una entidad externa repercute en un mayor crecimiento y aprovechamiento de los propios recursos; negativo, si esto deriva en un empobrecimiento a nivel cultural a causa del contacto limitado con el resto del mundo.
Por otro lado, es importante señalar que no cualquier país o individuo puede aspirar a la autarquía, y esto nos lleva nuevamente al dilema anterior. Si una nación que cuenta con los recursos naturales suficientes como para cultivar sus propios alimentos y desarrollar las materias primas necesarias para los diversos procesos de fabricación que podrían sostener su economía, entonces la decisión de rechazar la ayuda de los demás puede derivar en una etapa de mayor productividad.
Diversas corrientes de la filosofía desarrollada en la Antigua Grecia veía la autarquía como un modo ideal de vivir. El hecho de poder alcanzar la felicidad haciendo uso exclusivo de la virtud era considerado un sinónimo de sabiduría por las escuelas cirenaica, epicúrea, estoica y cínica. Los rasgos ideales de la persona sabia son la ataraxia, la autonomía y la autarquía, los cuales le propician la imperturbabilidad, la libertad y la independencia.
En el ámbito del derecho administrativo, se entiende la autarquía como una manera de descentralización gracias a la cual es posible el gobierno por uno mismo; se trata de uno de los rasgos principales del ente autárquico. El derecho constitucional lo define de modo similar, ya que habla de la capacidad de autogobernarnse o autoadministrarse, aunque con la diferencia de someterse a ciertos estatutos que provengan de un poder superior.