Definición de asilo político

El término asilo refiere al auxilio, el resguardo o la protección que se le brinda a una persona. Político, por su parte, es un concepto con varios usos: en este caso nos interesa su acepción como aquello vinculado a la actividad política (las acciones desarrolladas para gestionar o administrar los asuntos públicos).

El asilo político es la asistencia que se le otorga a un individuo extranjero que tuvo que huir o fue expulsado de su país por razones relacionadas a la política. Suele entenderse a este tipo de asilo como el derecho de un sujeto a que no lo extraditen de una nación a otra que pretende castigarlo por sus opiniones o actividades políticas.

Por otro lado se encuentra el concepto de asilo diplomático, el cual sirve para describir la permanencia en una extensión del territorio nacional de una persona perseguida por su país para ser juzgada por un delito político. Entre los sitios que se consideran parte de este grupo, de acuerdo con las convenciones diplomáticas, tenemos los siguientes: la residencia del embajador, un buque de guerra anclado temporalmente en algún puerto extranjero, la sede del consulado o de la embajada.

El poeta y jurista Hugo Grocio, nacido en Países Bajos el 10 de abril de 1583, uno de los más grandes defensores del Estado absoluto, fue autor de la tesis de extraterritorialidad de las Embajadas y Legaciones, donde expresaba que el asilo diplomático se daba naturalmente cuando el perseguido era recibido por suelo extranjero, razón por la cual la protección no se daba solamente si conseguía cruzar las fronteras de su país sino también si lo asilaban en una Embajada o Legación de un país extranjero. En la actualidad, este tipo de asilo no está reconocido por el derecho internacional.

La historia del asilo es extensa y su trayectoria es digna de ser estudiada con detenimiento para apreciar su evolución. En un primer momento, se trataba de una medida dentro del ámbito de la religión, que se llevaba a cabo para brindar amparo a los individuos que violaban la ley sin participar de conflictos de naturaleza política, es decir, a los delincuentes comunes. Dado que los gobernantes no mostraban ningún tipo de piedad por estas personas, el asilo se destinaba a ellas de forma exclusiva, dejando fuera a los delincuentes políticos.

La Reforma generó una inversión en este punto de vista, y así con los años esta institución social empezó a orientarse a las personas perseguidas por los gobernantes a causa de sus ideales, y dejó de beneficiar a los delincuentes comunes.

Con respecto al espacio en el cual se puede ofrecer el asilo político, cabe mencionar que desde la antigüedad y hasta tiempos posteriores a la Edad Media se utilizaban los edificios religiosos; actualmente, en cambio, la totalidad de las tierras de un Estado extranjero sirve para conceder asilo político.

El derecho de asilo está regulado por diversas normas internacionales que establecen obligaciones y responsabilidades para los países de acogida y para los individuos que solicitan el asilo. La finalidad del asilo político es proteger a la persona que, por sus ideas o sus acciones políticas, sufre una persecución en su país. Si el país de acogida rechaza el asilo y el individuo debe regresar a su tierra, en ella puede ser encarcelado o castigado de otra forma.

Con respecto a la extensión del derecho de asilo político, debemos distinguir los siguientes cuatro puntos: el derecho que un país tiene a dar asilo a un individuo perseguido por su gobierno; el ejercicio activo de dicho derecho; la tolerancia de tal ejercicio; la aceptación del asilo político como concepto que permite proteger a una persona contra la persecución política.

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