Definición de asidero

Lo primero que tenemos que conocer acerca del término asidero que nos ocupa es su origen etimológico. En este caso podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del latín y que es fruto de la suma de dos componentes claramente especificados:
-El sustantivo “ansa”, que puede traducirse como “asa”.
-El sufijo “-ero”, que se utiliza para indicar “pertenencia”.

La primera acepción de asidero que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) alude a la parte de un elemento que permite asirlo (tomarlo, agarrarlo, sostenerlo). El asidero, en este marco, es el asa, el mango o la manija que posibilita la manipulación de un objeto.

Los asideros deben respetar criterios ergonómicos para que las personas puedan tomar los utensilios en cuestión con sus manos. Las tazas, por ejemplo, cuentan con asideros que permiten introducir dos o más dedos para levantarlas y llevarlas a la boca. Una vasija puede tener dos asideros para ser movilizada con ambas manos de modo simultáneo.

Si importantes son los asideros en nuestro día a día, lo son especialmente para las personas que cuentan con algún tipo de discapacidad a nivel físico. Y es que los mismos les van a servir para valerse por sí mismas a la hora de llevar a cabo tareas del día a día.

Así, por ejemplo, dos de los más importantes asideros que existen son los que se colocan para esos ciudadanos en la bañera y también en lo que puede ser el retrete. Y es que les sirven para poder entrar y salir de la misma e incluso para sentarse o levantarse de la taza del wáter.

Entre los modelos que existen para poder realizar esas acciones se encuentran los asideros que funcionan con ventosa, los estriados, los que son abatibles, los dobles…

De la misma manera, podemos recomendar que también son esos dispositivos muy recomendados colocarlos en los baños que son utilizados por personas mayores. Y es que así se les otorga seguridad. Sí, se les da una herramienta que puedan emplear como apoyo para no caerse al entrar o salir de la ducha por sí solas.

Se denomina asidero, por otra parte, a un pretexto, una justificación o un sustento: “Que el gobernador denuncie presiones del sector agropecuario no tiene asidero”, “La versión que tiene más asidero indica que el prófugo se escapó disfrazado de enfermero”, “Afirmar que este año se terminarán todas las guerras carece de asidero”.

Cuando se afirma que algo no tiene asidero, se hace referencia a que no puede sostenerse con datos concretos o criterios lógicos. Un emprendedor puede acudir a un grupo de inversionistas para solicitar fondos, afirmando que su proyecto comercial generará ganancias millonarias en pocos meses. Sin embargo, cuando los expertos en finanzas se detienen a analizar la información, descubren que es virtualmente imposible que el emprendimiento a desarrollar produzca dichos beneficios. De este modo, manifiestan que la afirmación del emprendedor no posee asidero: todo indica que el cumplimiento de la aseveración resulta más que improbable.

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