Definición de apuntalar

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La primera acepción de apuntalar recogida por el diccionario de la Real Academia Española (RAE) hace referencia a colocar puntales. Un puntal, en tanto, es un madero que se emplea como sostén.

Es importante indicar que apuntalar también se usa de manera simbólica. El término, de este modo, puede aludir a soportar, sustentar o asegurar, sin que dicha acción implique el establecimiento de un respaldo físico.

Apuntalar puede consistir en colocar puntales para sostener una estructura.

Apuntalar en la arquitectura

Si nos centramos en el terreno de la arquitectura, apuntalar es el procedimiento que se lleva a cabo cuando se recurre a una pieza, generalmente de madera, para sostener una estructura de forma temporal. Estas piezas presentan distintas características de acuerdo al tipo de apuntalamiento que se realiza.

Es posible apuntalar con placas de apoyo, caballetes o entramados, por mencionar algunas posibilidades. El recurso utilizado depende del trabajo a desarrollar.

Hay que tener en cuenta que, además de construcciones, se pueden apuntalar pozos, excavaciones o espacios similares. El objetivo es que no se produzcan desmoronamientos ni derrumbes que pongan en riesgo a los seres humanos.

En algunos contextos, la acción de apuntalar consiste en apoyar, respaldar o ayudar a una persona.

Apoyo a personas, instituciones o causas

Como indicamos líneas arriba, la noción de apuntalar también puede hacer mención a un apoyo espiritual o que no supone la instalación de una columna o viga material. En este contexto, apuntalar equivale a respaldar o avalar.

Supongamos que un joven está deprimido porque se peleó con su novia y perdió su empleo. Frente a esta realidad, sus amigos concretan diversas iniciativas con la intención de apuntalarlo: lo invitan a bares para que se divierta, le prestan dinero para que pueda cubrir sus gastos hasta que encuentre un nuevo trabajo, etc.

Un gobierno, por otra parte, puede apuntalar a una asociación civil que ejecuta una labor positiva para la comunidad. Las autoridades, de este modo, le otorgan subsidios y elementos para que pueda cumplir con su función social.

También se puede apuntalar una causa. Si un grupo de vecinos de un barrio comienza a juntar firmas para oponerse a la construcción de edificios en un espacio verde, lo que están haciendo es buscar acompañamiento para apuntalar su posición.

La importancia de apuntalar

El acto de apuntalar es muy importante en la vida en sociedad. Quien brinda el apuntalamiento, está demostrando su solidaridad y empatía: al comprender que otro está atravesando una dificultad o tiene que superar un desafío, le ofrece su acompañamiento para sostenerlo o impulsarlo.

Todos los individuos, en alguna oportunidad, requieren un apuntalamiento. Se trata de una necesidad que suele aparecer en diferentes momentos, ya sea vinculada a un tema económico o una cuestión más bien emocional.

Al apuntalar a alguien, se lo ayuda a salir adelante. Por lo general, la actividad genera un sentimiento de gratitud en aquel que es apuntalado.

Una empresa o una organización, en tanto, pueden requerir apuntalamiento para subsistir. En algunos casos, el hecho de apuntalar forma parte de una operación con fines de lucro: un banco puede conceder un crédito para apuntalar a una pyme que atraviesa problemas financieros, cobrando intereses por dicho préstamo. Apuntalar, pues, no siempre tiene que ver con el altruismo.

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