Definición de aprendizaje dialógico
Para comprender qué es el aprendizaje dialógico, debemos prestar atención a las dos palabras que forman la expresión. Se llama aprendizaje al proceso que se desarrolla al adquirir conocimientos.
Dialógico, en tanto, es aquello vinculado al diálogo: es decir, a la charla o la conversación. El término dialógico suele usarse para calificar a lo que brinda la posibilidad de entablar una discusión o un debate.
Con estas ideas en claro, podemos avanzar en el concepto de aprendizaje dialógico. Así se denomina a la formación propiciada por la interacción entre diferentes personas que presentan sus argumentos respecto a una cierta cuestión. Esta clase de aprendizaje suele producirse con frecuencia en el ámbito educativo, aunque también puede darse en otros contextos.
Para que el aprendizaje dialógico sea posible, el diálogo debe desarrollarse en libertad. Los participantes tienen que estar en condiciones de exponer sus razones y de defenderlas. En este marco, no debe valer más la postura de quien ostenta una posición jerárquica, sino que tienen que prevalecer las argumentaciones que se imponen por su validez.
En el aprendizaje dialógico, los individuos aprenden a partir del intercambio que tiene lugar. Dicho intercambio puede generarse entre profesores y alumnos en una clase, pero también entre los propios estudiantes. Incluso el aprendizaje dialógico puede surgir entre amigos, en el seno familiar o con vecinos, sin un marco institucional.
El aprendizaje dialógico también se asocia a la solidaridad y a la construcción de sentido. Existe un trabajo colaborativo en el cual se valoran tanto las diferencias como las coincidencias, tomándose ambas como compatibles.
Veamos éstos y otros puntos fundamentales del aprendizaje dialógico a continuación. Comencemos por el diálogo igualitario, una herramienta que se basa en el poder de los argumentos en lugar de la posición dentro de la jerarquía social de quien los emita. Como se menciona más arriba, la función que ejerza el emisor, su edad o su clase social no deben tenerse en cuenta para brindarle la oportunidad de expresarse.
El concepto de aprendizaje dialógico se apoya en el trabajo de dos pensadores importantes: Habermas y Freire. El primero argumenta que se necesita del diálogo para poder construir el conocimiento. Nos sugiere que adoptemos una mirada crítica que gire en torno a contemplar el pensamiento de cada integrante de la situación en lugar de enfocarnos en uno solo. Habermas, por su parte, señala que todos los individuos son capaces de usar el lenguaje oral y físico para dar comienzo a una relación interpersonal.
Esto nos lleva a otro de los pilares del aprendizaje dialógico, la inteligencia cultural. Todos los seres humanos podemos actuar y reflexionar. Nuestra inteligencia está indefectiblemente ligada a nuestra cultura, e incluye el saber comunicativo, el práctico y el académico. En un ámbito educativo, todos deberían encontrar la manera y los recursos para expresar dicha inteligencia en igualdad de condiciones.
Tampoco debemos dejar de lado el poder transformador de la educación: no se trata simplemente de brindarles a los estudiantes nuevos conocimientos técnicos sino de transformar sus vidas, de permitirles que ellos mismos cambien su entorno y forjen su propio camino. No somos conscientes de los perjuicios de la desigualdad hasta que no conocemos la igualdad, que supone una victoria a nivel social y nos permite explorar todo nuestro potencial.
Por lo general, los sistemas educativos arcaicos generan una falta de interés en los estudiantes, porque no les dan razones válidas para asistir a clase sino que se presentan como una imposición. En la escuela tradicional, el maestro tiene el poder y el alumno debe acatar todas sus indicaciones, sin importar si las comparte o las entiende. La clave para el cambio está en incluir al alumno en el proceso, en respetar su propia historia y guiarlo para que le encuentre un sentido al aprendizaje.