Definición de aplicabilidad

La condición de aplicable recibe el nombre de aplicabilidad. Lo aplicable, en tanto, es aquello que debe o puede aplicarse (ponerse, colocarse, usarse).

Tomemos el caso de la aplicabilidad industrial. Para que una invención pueda patentarse, debe ser aplicable: es decir, tener aplicabilidad. Por otra parte, tiene que ser novedosa (ya que nadie lo había hecho antes) y poseer actividad inventiva (no resulta evidente).

La aplicabilidad, de este modo, aparece como un requisito en varias legislaciones. La idea en cuestión debe ser susceptible de fabricación, con lo cual tiene que describirse con exhaustividad y claridad para que un experto esté en condiciones de llevarla a la práctica y plasmarla.

Supongamos que alguien pretende patentar un proceso que contradice las leyes de la física. Esta particularidad hace que el proyecto carezca de aplicabilidad industrial y, por eso, que no pueda patentarse.

La noción de aplicabilidad directa, por otra parte, se usa en el marco de las normas de la Unión Europea (UE). Esta aplicabilidad refiere a la aptitud que tiene un acto de derecho para su integración en el ordenamiento de los países que integran el bloque y para generar consecuencias jurídicas sin la exigencia de interponer una normativa nacional.

En un sentido amplio, puede afirmarse que la aplicabilidad se asocia a la posibilidad de concretar un plan o materializar una idea. Si una concepción teórica o ideal no se puede producir o ejecutar en el mundo real, no tiene aplicabilidad.

Imaginemos que un grupo de científicos elabora una propuesta para cultivar alimentos nutritivos en una región pobre y desértica. La aplicabilidad de la iniciativa depende de la probabilidad del desarrollo de las especies en cuestión.

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