Definición de anoxia

El término anoxia, de origen latino, hace referencia a la carencia casi absoluta de oxígeno en los tejidos del cuerpo o incluso en la sangre. Se trata de un concepto relacionado con la hipoxia, que es la falta de oxígeno en una región corporal o en todo el organismo. Puede aparecer en diversos ámbitos o entornos, como un tejido vivo, el agua o hasta en las condiciones climáticas, por ejemplo.

En el caso de los seres humanos, y tal como señala la medicina, existen distintas causas que originan la anoxia. La anoxia histotóxica tiene lugar cuando los tejidos no son capaces de captar el oxígeno y fijarlo. La anoxia anóxica, en cambio, se desarrolla ante problemas en los pulmones.

Si se habla de anoxia por estenosis, el trastorno surge por una merma de la circulación de sangre, mientras que la anoxia anémica ocurre cuando ciertas alteraciones del nivel de hemoglobina imposibilitan la fijación del oxígeno en las cantidades necesarias.

Es posible afirmar que el tejido más susceptible a la anoxia es el nervioso. Si una persona está apenas algunos minutos sin recibir oxígeno, sus células del cerebro pueden morir (anoxia cerebral). Se produce cuando hay una disminución en el el flujo sanguíneo o insuficiencia de hemoglobina y sus consecuencias pueden ser daños irreversibles o de difícil recuperación (lesión cerebral, epilepsia, problemas de aprendizaje o parálisis, entre otros). Sus causas suelen ser accidentes en piscinas, mala combustión de calefactores en un ambiente cerrado y otros accidentes domésticos.

Una de las anoxias más habituales es la anoxia leve que se produce por el mal de altura. Este malestar afecta a los montañistas, los esquiadores y los turistas que suben a una montaña alta demasiado deprisa y a la gente que viaja a localidades ubicadas a varios miles de metros sobre el nivel del mar. Los síntomas del mal de altura incluyen mareos, fatiga, cefaleas, sensación de vértigo y náuseas.

La anoxia puede provocar trastornos mentales

Una de las causas de la neurosis está relacionada con la falta de oxígeno durante el parto. Existen casos de mujeres que han recibido una dosis bastante fuerte de analgésicos durante el parto, que han causado complicaciones en la supervivencia del feto, impidiendo la circulación libre de oxígeno; en otros casos sucede porque el cordón umbilical fue cortado antes de tiempo y el recién nacido no llegó a recibir el oxígeno que necesitaba; además, en los casos en que el bebé se enrosca en el cordón umbilical, también sufre de falta de oxígeno.

En cualquiera de estos casos, cuando el bebé no recibe el oxígeno, sus sistemas respiratorio y circulatorio se paralizan, entonces el cuerpo intenta luchar contra la muerte; pero esta reacción incrementa el riesgo a morir, porque el feto comienza a agitarse y a consumir demasiado oxígeno por lo que la carencia del mismo se incrementa. Este inconveniente se conoce como síndrome destresante del feto y puede concluir con la muerte, si los especialistas no actúan con rapidez.

Esta experiencia traumática se imprime en el bebé como una reacción que recibe el calificativo de prototípica, que más adelante marcará la tendencia del accionar en otras situaciones con una clase de estrés semejante. En algunos casos, este tipo de experiencia se queda enterrada durante muchos años, socavando la salud mental y condicionando la forma en la que la persona interactúa con su entorno.

La anoxia durante el nacimiento puede traer varias consecuencias, como: alergias, asma, epilepsia, e incluso depresión, intentos de suicidio, ataques de pánico, fobias o psicosis.

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