Definición de ámbar
Para poder conocer el significado del término ámbar lo primero que vamos a hacer es descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos establecer que se trata de una palabra que deriva del árabe, concretamente de “anbar”. Esta se empleaba para referirse al ámbar gris que se generaba en el intestino del cachalote.
El ámbar es una resina de origen vegetal que atravesó un proceso de fosilización y que está considerada como una piedra semipreciosa. Se trata de un material de tono amarillento o marrón que tiene dureza aunque puede quebrarse con cierta facilidad.
Las resinas se forman con restos de plantas, en especial de coníferas. Es importante tener en cuenta que, de acuerdo a sus componentes, las características y la estructura de la resina varía.
Su formación comienza cuando el árbol sufre algún tipo de daño en su corteza, haciendo que su resina salga. Esta secreción, al llegar al exterior, puede endurecerse por diversos factores: por ejemplo, a través de un proceso de polimerización que se desarrolla en el seno de ciertas rocas. De esta manera, la secreción orgánica del árbol se fosiliza y da lugar a lo que se conoce como ámbar.
La Hymenaea courbaril y el Pinus succinifera son algunos de los árboles cuyas resinas pueden generar el ámbar. Las tonalidades de este elemento son muy variadas: existe el ámbar amarillo, marrón, verde, blanco, rojo, naranja, etc. Con el ámbar se elaboran joyas y diversos elementos ornamentales.
Otras curiosidades acerca del ámbar son las siguientes:
-Se considera que es la piedra preciosa con más antigüedad.
-También es conocido como piedra caliente porque la luz que irradia da la sensación que quema la mano cuando se coge. No obstante, no hay que olvidar que se le otorgan hasta treinta nombres diferentes.
-Los persas le llamaron “kajruba” y en la Antigua Grecia se refieren al ámbar como “electrón”. Y los romanos, por su parte, apostaron por denominarle “sucinto”.
Algunos pueblos antiguos le atribuían cualidades sobrenaturales al ámbar. De este modo se usaba a modo de amuleto o de talismán. En algunas regiones, todavía existe la costumbre de llevar ámbar a modo de protección.
Entre las propiedades o “poderes” que se le atribuyen al ámbar podemos destacar los siguientes:
-Se considera que irradian una fuerza tan notable que la persona que tiene uno está absolutamente protegida de lo que es la magia negra. Y es que se establece que se encarga de absorber todas las energías negativas y transformarlas en positivas.
-De la misma forma se indica que es capaz de aumentar la creatividad y el intelecto.
-Consigue que la persona en cuestión mejore su autoestima, deje de lado el nerviosismo y el estrés, se relaje, encuentre paz…
-Hay quienes incluso utilizan como “amuleto” al ámbar porque se cree que ayuda a encontrar el amor e incluso a aumentar lo que es el placer sexual.
Cabe destacar que, en ocasiones, mientras la resina se fosiliza quedan insectos, semillas, gotas o burbujas de aire atrapados en la sustancia. El ADN de aquello que se fosiliza, por lo tanto, se conserva en el tiempo.