Definición de alférez
El vocablo árabe clásico fāris, que puede traducirse como “caballero”, derivó en el árabe hispánico alfáris. Este término luego llegó a nuestra lengua como alférez: el oficial que, en ciertas fuerzas armadas, dispone de la graduación inferior.
El concepto surgió en la Península Ibérica, donde se utilizaba con referencia al representante o segundo jefe de un rey. Con los años, sin embargo, se empezó a llamar alférez al oficial de menor rango. Los alumnos de una academia, de este modo, son alféreces antes de convertirse en tenientes.
Quien se encargaba de portar la bandera en una tropa recibía el nombre de alférez mayor. Similar tarea tenía el alférez del rey, un magistrado que trasladaba el estandarte de la monarquía en aquellas batallas de las cuales participaba el propio rey.
Actualmente la noción puede aludir a distintos rangos de acuerdo al país. En Argentina, por ejemplo, alférez es el grado inicial en la oficialidad de la Fuerza Aérea. Cuando un estudiante se gradúa de la academia militar, se vuelve alférez y luego asciende a teniente. También en la Gendarmería existe el rango de alférez, precedido por sub-alférez y seguido por primer alférez.
En Colombia, la Policía, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada cuentan con el grado de alférez. En todos los casos se vincula al último año de la formación y se aplica a quienes están por egresar de la escuela de cadetes.
Si nos centramos en el terreno de la marítima, podemos encontrar al alférez de fragata (el oficial de rango inferior) y al alférez de navío (el grado que sigue a alférez de fragata), por citar dos casos.
Alférez Real de los Incas
Siglos atrás existió una institución de tipo indiano que permitía nombrar a un Alférez Real de Naturales, Alférez Real de Indios Nobles o, como puede apreciarse en el título, Alférez Real de los Incas. Su creación tuvo lugar a lo largo del Virreinato, específicamente en la ciudad peruana del Cuzco (también escrita con s en lugar de z, Cusco), a mediados del siglo XVI y a través de Real Cédula.
Carlos I de España apoyó el nacimiento de esta clase de alferazgo específicamente para reconocer el apoyo de Cristóbal Paullo Inca durante la conquista del Collao (también conocido como meseta del Titicaca, altiplano andino, meseta del Collao o altiplano sudamericano) y la victoria ante el Manco Inca Yupanqui, el primer rebelde de Vilcabamba de los cuatro que se manifestaron.
Cristóbal Paullo Inca fue, por lo tanto, el primer alférez Real de los Incas, pero más tarde otras personas gozaron del mismo honor, y entre ellos se encontraban Ynga Pascac, Cayo Topa, Guallpa Roca y don Felipe Cari Topa.
Mientras el virrey Toledo permaneció en el Cuzco, la nobleza inca debió atravesar un cambio de organización para pasar a estar formado por doce casas (linajes o panacas), que correspondían a cada uno de los Incas que habían gobernado antes de la invasión española. A partir del año 1595, se decidió que dichas casas fuesen representadas por dos electores, quienes, en conjunto, conformarían el Cabildo de los Indios Nobles.
Los veinticuatro electores que formaban parte del Cabildo debían nombrar a un Alférez Real mediante sufragio. El mismo debía salir durante la procesión que tenía lugar en la fiesta del patrón español Santiago Apóstol, luciendo vestimenta típica inca y llevando el estandarte real. Debajo del llauto, el atuendo que solían usar los gobernantes incas, se podía apreciar la mascapaicha, una borla de lana roja, hilos de oro y plumas que se usaba en eventos tales como desfiles.
Al alférez Real de los Incas lo acompañaba el correspondiente de España. En la serie de quince cuadros denominados Corpus Christi, cuya autoría es incierta, es posible apreciar a varios de los alféreces de esta época.