Definición de alfeñique
La historia etimológica de alfeñique es muy extensa. El concepto surgió en el sánscrito, pasó al persa, luego al árabe clásico y finalmente al árabe hispánico, antes de llegar al castellano.
La primera acepción del término que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) refiere a una golosina con forma de barra que se elabora con azúcar cocida.
Esta especie de turrón puede incluir diversos ingredientes de acuerdo a la región, como almendras, anís y limón. La forma de los alfeñiques también puede variar: más allá de las tradicionales barras, hay alfeñiques redondos y con formas de animales. En México, suelen prepararse alfeñiques con aspecto de calavera o de ataúd para el Día de Muertos.
En el citado país mexicano nos encontramos con una gran variedad de maneras de preparar los alfeñiques. Así, por ejemplo, además de las formas citadas, también se pueden encontrar con apariencia de coronas, de cruces, de carros con muertos, de venados…
Y eso sin pasar por alto que, de la misma forma, también pueden variar los ingredientes que se utilizan en su elaboración. De esta manera, por ejemplo, en determinados lugares se preparan con semillas de calabaza, cacahuetes, almendras, huevo y azúcar. Mientras en otros se recurre a la utilización de productos como chocolate, miel…
Precisamente son tan importantes los alfeñiques en México que existe incluso una Feria Cultural del Alfeñique que se celebra en la población de Toluca durante el mes de octubre. Es más, incluso en este lugar existe el conocido Museo del Alfeñique.
Ese centro cultural que comenzó a funcionar en el año 2014 lo que pretende no es otra cosa que conseguir conservar, mantener y darle el valor que se merece a una de las tradiciones gastronómicas más importantes de la ciudad. Es interactivo y dispone de un total de cinco salas temáticas: taller artesanal, patrimonio intangible, historia del alfeñique, tradición compartida y creación de una calavera.
El origen de este dulce se encuentra, parece ser, en el Periodo Clásico. En la etapa precolombina fue exactamente cuando apareció para poder rendir homenaje honores a los muertos. En ese momento se elaboraba con masa de maíz, miel de maguey y miel de abejas silvestres.
En algunos países, alfeñique se utiliza como adjetivo para calificar, de manera peyorativa, a un individuo muy flaco, débil o de escaso desarrollo físico. Por ejemplo: “Debes tratar de alimentarte mejor, estás hecho un alfeñique”, “¿En serio quieres escalar la montaña? Eres un alfeñique, necesitarás mucho entrenamiento para prepararte”, “No puedo creer que el campeón haya perdido el combate contra ese alfeñique”.
Lo contrario a un alfeñique es un fortachón: mientras que el primero tiene dificultades para realizar actividades o tareas que exigen fuerza física, el fortachón se destaca justamente por su vigor y energía.
En Andalucía, por último, se llama alfeñique a la planta que en otras zonas se conoce como valeriana. Esta planta perenne, cuyo nombre científico es Valeriana officinalis, es originaria del continente europeo. El alfeñique se utiliza como fármaco para calmar la ansiedad, combatir el estrés y minimizar ciertas dolencias.