Definición de alarma
Se entiende por alarma la señal o aviso que advierte sobre la proximidad de un peligro. El aviso de alarma informa a la comunidad en general o a una entidad específica (como ser los bomberos o la policía) que deben seguir ciertas instrucciones de emergencia dado que se ha presentado una amenaza.
Por ejemplo: “Creo que se ha producido un incendio cerca de aquí: oigo una alarma”, “La alarma comenzó a sonar y, cinco minutos más tarde, la policía ya se encontraba en el domicilio de la víctima, “La gente del pueblo se alborotó cuando la alarma que advierte sobre la inminencia de un tsunami entonó sus primeras notas”.
Las alarmas que constituyen los organismos que deben responder ante una emergencia, suelen forma parte de un sistema que incluye diversos estados. El primero de ellos es el prealerta, que avisa a los responsables del organismo sobre un incidente que puede tener lugar. El segundo estado es el alerta, que exige tomar las medidas y los recaudos necesarios. Finalmente llega la alarma, que es el llamado a la acción.
En las casas y los edificios, ya sean residenciales, comerciales o gubernamentales, el sistema de alarma es un elemento de seguridad pasiva (no puede evitar una situación de riesgo, pero advierte de ella y da aviso a las fuerzas de seguridad). Algunos sistemas pueden advertir de un peligro de forma automática (al detectar una intrusión por la noche a través de sensores de movimiento), mientras que otros requieren de una acción por parte del usuario (cuando se inicia un robo y un empleado activa la alarma para llamar a la policía).
Por lo general, los sistemas de alarma modernos cuentan con un panel numérico que debe utilizar el dueño de la propiedad protegida para crear una o más claves de seguridad, que deberán ser ingresadas en diversas situaciones bien definidas, como ser al entrar al inmueble y antes de abandonarlo. La detección de movimiento, que permite advertir automáticamente la actividad indebida en un edificio, no siempre resulta la opción adecuada, dado su grado de imprecisión.
Si bien los sensores de movimiento pueden ser calibrados para que ignoren un cierto rango de cambios en el ambiente, tales como las sombras de los muebles y las plantas proyectadas por las luces que provienen de la calle o el vuelo de un insecto, es imposible prevenir ciertos incidentes que requieran de acciones poco regulares por parte de los mismos propietarios. En dichos casos, a veces emergencias, la alarma se convierte en una molestia, en un obstáculo hacia la resolución del problema.
Por otro lado, el término alarma también se refiere a la aplicación o el dispositivo que se programa para que emita un sonido a una cierta hora, con el propósito de no olvidar un compromiso. Antiguamente, antes de la era de los smartphones, la gente acostumbraba tener en su mesa de luz un reloj con sistema de alarma incluido, en principio fabricados con engranajes y más adelante, en su versión digital.
La alarma solía utilizarse especialmente por las mañanas, para despertarse temprano y poder cumplir con las obligaciones típicas de una persona: estudiar o trabajar. Sin embargo, con la llegada de la era digital, los sistemas de alarma comenzaron a migrar de los anticuados relojes despertadores para formar parte de todo tipo de aparatos electrónicos, desde consolas de videojuegos hasta teléfonos móviles, y del mismo modo se amplió su utilidad.
En la actualidad es común programar diversas alarmas, también llamadas avisos, en los teléfonos, para recordarnos todo tipo de compromisos. Además, es posible organizarlas de modo tal que algunas suenen todos los días, otras solo uno o ciertos días determinados por nosotros, así como indicarles que se ejecuten de manera indefinida o solo una vez y luego se eliminen.