Definición de aguerrido
El adjetivo aguerrido permite calificar a aquel que está bien preparado para participar de una batalla. Por extensión, el término se utiliza para calificar a la persona que tiene experiencia en competiciones o que muestra una tendencia a imponerse en caso de conflicto.
Por ejemplo: “El aguerrido defensor uruguayo fue contratado por un equipo francés”, “No va a ser un partido sencillo para nosotros: el conjunto japonés es aguerrido y batallador”, “Nuestro espacio político necesita un candidato aguerrido, capaz de soportar los embates de la oposición”.
El uso de aguerrido es frecuente en el terreno del deporte. Si nos centramos en el contexto del fútbol, se suele decir que un jugador es aguerrido cuando lucha por la pelota (el balón) de manera constante y está dispuesto a participar de todas las jugadas. Estos jugadores aguerridos no dudan en arriesgar su físico para ayudar al equipo, sacrificándose a la hora de marcar o de controlar a los rivales y dejando su lucimiento personal en un segundo plano.
Más allá de lo individual, en el fútbol el calificativo de aguerrido también se aplica a equipos que presentan las mencionadas características. Un conjunto aguerrido tal vez sea limitado en cuanto a la técnica de sus jugadores, pero compensa dicha falencia con esfuerzo y sacrificio colectivo.
En el ámbito de la política, por último, se suele decir que un dirigente es aguerrido cuando defiende sus ideas con compromiso y pasión. De esta manera, estos políticos suelen participar de discusiones y debates para tratar de imponer su posición.
Algunos de los sinónimos más comunes del término aguerrido son «combativo, valiente, guerrero, experimentado, ducho y entrenado». Dado que su uso puede tener lugar en diversos ámbitos, no está aferrado a los tecnicismos propios de ninguna disciplina, sino que describe una cierta forma de encarar los desafíos, un rasgo de la personalidad, algo que se encuentra impreso en lo más profundo de la persona y que existe de manera independiente de su trabajo y las situaciones que debe enfrentar.
Solamente los individuos aguerridos son capaces de superar ciertas pruebas a las que los somete la vida. Si bien no parece posible aprender a ser aguerrido, es cierto que algunas desgracias nos llevan a volvernos más fuertes, a descubrir en nuestro interior herramientas que no éramos conscientes de poseer y que nos permiten armarnos para hacer frente a lo que vendrá.
Por lo tanto, quizás algunas personas que no parecen ser aguerridas lo sean en el futuro, luego de haber atravesado un momento muy difícil. Claro que desde otro punto de vista podemos decir que siempre lo han sido, pero que esa valentía y esa determinación han despertado en ellas para ayudarlos a superar la adversidad y, una vez activas, no pueden volver al estado de latencia.
Los errores en la lengua, tanto en el habla como en la escritura, no tienen una estructura definida y predecible; por el contrario, podrían estar emparentados con las excepciones, ya que nunca sabemos cuándo y cómo tendrán lugar, y a menudo es difícil entender las razones de su existencia. En el caso específico de la palabra aguerrido, hay quienes la escriben con diéresis.
Entendemos por diéresis el signo ortográfico que en nuestro idioma se debe colocar sobre la vocal u para que pueda pronunciarse en las sílabas gue y gui, de manera que se conviertan en güe y güi. Existen muchas palabras que deben llevar diéresis para denotar la necesidad de pronunciar la u, como ser «vergüenza, paragüero y fragüe». Cabe mencionar que cada vez es más raro el uso de este signo, dado el detrimento generalizado en el uso del lenguaje.