Definición de aduana
Un vocablo de la lengua pelvi (dēwān) que puede traducirse como “archivo” pasó al árabe clásico como dīwān y luego al árabe hispánico como addiwán. La evolución etimológica del término lo convirtió, en nuestra lengua, en aduana.
Una aduana es una dependencia pública cuya función es el registro de los bienes que se exportan y se importan, cobrando los impuestos correspondientes. Por lo general las aduanas están ubicadas en las zonas fronterizas y en las costas, ya que por dichos lugares ingresan y salen del país los productos.
Al controlar las mercaderías que llegan a una nación, la aduana puede incautar aquellos productos que atentan contra la seguridad o la salud pública. Así, al no salir de la aduana, dichos productos finalmente no llegan al mercado ni a las calles. Supongamos que, al inspeccionar un contenedor lleno de juguetes, las autoridades de la aduana descubren que dichos bienes contienen una sustancia considerada cancerígena. De este modo, para evitar que los niños tengan acceso a esos juguetes peligrosos, la aduana no autoriza que los productos sean distribuidos en el país.
Las aduanas también contribuyen a proteger la industria nacional. Un gobierno puede decidir aplicar un impuesto especial al calzado importado para favorecer a los fabricantes locales. Por lo tanto, cuando llegan zapatos importados a la aduana, el importador debe pagar un impuesto para retirarlos. Esto encarece el producto y vuelve más competitivo el calzado nacional.
En cada país, hay entidades que congregan y dirigen a las diferentes aduanas: la Dirección General de Aduanas en Argentina, el Servicio Nacional de Aduanas en Chile, la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria en Perú, etc.
Filtrar la entrada de mercancías a un país por medio del despacho aduanero beneficia a su gobierno, ya que le permite mantener un control exhaustivo y cobrar tributos y aranceles, gracias a los cual también aumentan sus ingresos monetarios cada vez que lleva a cabo la importación de algún bien.
Sin embargo, cualquier beneficio que pueda obtener un país a través de este proceso de control en la aduana se frustra cuando entra en juego el contrabando, una práctica delictiva que lleva en nuestra cultura desde hace siglos y que consiste en forzar el ingreso de ciertos artículos, ya sea de aquellos que la aduana no dejaría pasar o bien de cualquier otro, con el objetivo de no pagar los tributos y venderlos al margen de la ley.
La omisión del pago de los tributos se conoce con el nombre de defraudación aduanera y por lo general va de la mano del contrabando, aunque algunas veces solamente se practica la defraudación. Lo más importante es que ambos ponen en riesgo la estabilidad y la seguridad de un país, tanto a nivel económico como social.
Cuando una organización mafiosa consigue evadir sus obligaciones ante la aduana para transportar una determinada mercancía, tiene la oportunidad de venderla a un precio inferior al presente en el mercado local; de esta manera, el público comienza a consumir la opción más barata, en manos de personas que no contribuyen con el desarrollo del país e ignoran a los comerciantes decentes. Esto es normal en muchas partes del mundo, con productos que van desde pan hasta ropa y juguetes.
Retomando el origen de la palabra aduana, podemos decir que la lengua pelvi es la irania o persa media, especialmente usada en la época del imperio sasánida, el cual existió desde el año 226 hasta el 651. El nombre original, en la propia lengua, es pahlawīg y puede traducirse como «parto», es decir, «oriundo de Partia, una región del antiguo continente asiático»; en el persa moderno se convirtió en pahlavi y cuando llegó al francés, en pehlvi.