Definición de ademán
Ademán es un concepto con un origen etimológico muy interesante. El término procede de un vocablo del árabe clásico que hacía referencia a una garantía de tipo legal. Cuando una persona trataba de reemplazar dicha garantía, apelaba a promesas o juramentos acompañados por gestos ampulosos. De este modo, el sentido de ademán fue cambiando hasta asociarse a los movimientos que realiza un individuo para transmitir un mensaje o dar a entender algo.
Por ejemplo: “El anciano hizo un ademán con la mano para indicarle al joven que no siguiera hablando”, “En el estadio nadie entendió el ademán que hizo el futbolista después de marcar el gol”, “Un perro debe aprender a interpretar los ademanes de su amo”.
Tomemos el caso de una persona que desea tomar un taxi. Para esto, se parará en el borde de la acera a esperar que se acerque uno de estos vehículos. Cuando detecte que viene un taxi, deberá realizar un ademán con la mano para indicarle al conductor que se detenga ya que desea subir. El ademán suele consistir en extender el brazo con la mano abierta.
En este contexto, también podemos utilizar la palabra seña para hacer referencia a un gesto con el que una persona pretende dar a entender algo en particular, generalmente realizado con una o ambas manos. Es importante aclarar que en cada país de habla hispana aparecen diferentes usos para estos y otros términos, como ser gesto, el cual suele hablar de una posición característica de las cejas y los labios, entre otras partes del rostro, aunque también puede describir una acción con las manos o las piernas.
Los ademanes no son universales, sino que están conectados indefectiblemente a una cultura; por esta razón, cuando viajamos a un país extranjero debemos evitar comunicarnos a través de este lenguaje, hasta aprender los ademanes locales y el significado que los nuestros tienen allí. Hay sobradas historias de situaciones embarazosas en las que un turista hace un gesto que en su ciudad natal denota gratitud o alegría, pero que para los lugareños tiene una connotación grosera u obscena.
Cuando se usa en plural, el término ademán sirve para hacer referencia a los modales de una persona, es decir, a todas aquellas acciones que usa para hacerse notar y distinguirse de quienes la rodean, demostrando su nivel de educación. De esta manera, así como podemos hablar de los buenos o malos modales de alguien, también es posible describir sus ademanes como groseros o desenvueltos, por ejemplo. Es importante aclarar, de todas formas, que este uso no es muy común en el habla cotidiana, sino que se encuentra especialmente en la lengua escrita.
Un ademán, por otra parte, puede ser una postura corporal o una acción que refleja un estado anímico, una emoción o una intención. Supongamos que un policía intercepta a un hombre que caminaba en actitud sospechosa, con el rostro cubierto. Este hombre primero se detiene ante el llamado del agente pero, mientras el policía le realiza algunas preguntas, realiza un ademán de escapar, girando bruscamente el cuerpo. Entonces el policía decide detenerlo e inmovilizarlo para evitar que huya.
Como puede apreciarse en el ejemplo anterior, este uso de ademán sirve para describir una acción que no llega a concretarse: el hombre sospechoso intenta escapar, pero el oficial de policía lo detiene a tiempo, impidiendo que cumpla con su objetivo. No encontramos muy a menudo el término ademán con esta acepción en el habla cotidiana; para expresar este tipo de situaciones es más frecuente recurrir al verbo atinar: «el hombre atinó a escapar, pero el policía lo atrapó antes de que pudiera comenzar a correr».