Definición de acróstico
Acróstico procede de un vocablo griego que alude a la finalización de un verso. La primera acepción del concepto que menciona el diccionario de la Real Academia Española (RAE) hace mención al poema que, con las letras iniciales, intermedias o finales de sus versos, forma una expresión o una palabra.
Por ejemplo:
Daría todo por volver a verte,
incluso aquello que jamás tuve
o que fue mío y lo perdí.
Solo eso pido: volver a verte.
Como se puede advertir, si tomamos la primera letra de cada verso y las unimos, se forma la palabra “Dios”. Esta estrofa, por lo tanto, es un acróstico.
Por extensión, se llama acróstico a cualquier término o expresión que se forma a partir de este método de composición. “Calma”, en este sentido, puede ser un acróstico derivado de “Cuando alguien lee, mucho aprende”.
Un acróstico puede ser un poema que, con las letras finales, intermedias o iniciales de sus versos, forma una palabra o una frase.
Orígenes del concepto de acróstico
Con respecto a la historia de este término, se cree que los primeros en componer este tipo de obras fueron los poetas provenzales, y que más tarde los castellanos comenzaron a incorporarlas a sus repertorios. Con respecto a los poetas provenzales, se trata de aquellos escritores que usaron el idioma occitano, una lengua romance del continente europeo, para la creación de sus obras.
Por extensión, se habla de literatura provenzal u occitana a todas las obras literarias que usen dicha lengua. Su origen data del siglo XI, y se dio en la poesía. La labor que realizaban los trovadores de difusión y desarrollo de las letras promovió el ascenso de las obras vulgares en la Europa de la Edad Media.
Un artificio popular
En ciertos momentos de la historia de la literatura en los cuales sobresalieron las formas rebuscadas, como fue el caso del Barroco literario, el acróstico fue uno de los artificios que más se extendió. Dejando de lado la incomodidad que pueda generar en la lectura su naturaleza poco directa o sobrecargada, cabe señalar que a muchos lectores les resulta entretenido el proceso de descubrir un mensaje relativamente oculto dentro de otro.
Existen diversos ejemplos de acrósticos considerados célebres por pertenecer a algunas de las obras más importantes de la literatura mundial. Tal es el caso del prólogo de La Celestina de Fernando de Rojas. Está construido en verso y con las iniciales de cada una de sus líneas es posible armar la frase «El bachiller». Luis Tovar y Antonio de Lofraso son otros autores que hicieron uso del acróstico en sus obras.
Se conoce como acróstico a un pasatiempo que consiste en descubrir palabras para formar otras.
El acróstico como pasatiempo
Se denomina acróstico, por otro lado, a un pasatiempo que invita a descubrir, siguiendo ciertas instrucciones, las palabras que, ubicadas en una columna, permiten formar con sus letras iniciales otras palabras o una expresión.
Si bien puede decirse que el acróstico como juego presenta ciertas similitudes con el crucigrama, es fácil distinguirlos en sus formas más puras, ya que mientras este último se presenta como una grilla en la cual confluyen diversas palabras escritas en sentido horizontal o vertical, el acróstico suele estar formado por una lista de palabras, todas en el mismo sentido, alineadas de forma tal que una de sus letras sirva para formar la palabra o frase que también se denomina acróstico. En ambos casos, el proceso consiste en descubrir cada palabra a través de sus definiciones.
Un ejemplo de acróstico como pasatiempo es el siguiente:
Descubre el nombre del color respondiendo las siguientes preguntas y uniendo las letras iniciales de cada respuesta:
1. ¿Qué animal es Mickey Mouse? Ratón.
2. ¿Qué enfermedad sufre quien padece exceso de peso? Obesidad.
3. ¿Cuál era el primer nombre de Lennon, el músico que integró The Beatles? John.
4. ¿Cuál es la sigla de la Organización del Tratado del Atlántico Norte? OTAN.
Uniendo las iniciales, se resuelve la incógnita del acróstico: ROJO.