Definición de acaudalado
Acaudalado es un término que procede del verbo acaudalar: acumular caudal (dinero o bienes). El concepto se emplea para calificar a aquel o aquello que dispone de una gran cantidad de caudal.
Por ejemplo: “Ciertas personas sueñan con encontrar a alguien acaudalado para casarse y no tener que trabajar más”, “El dueño del bar tiene garantizada la impunidad porque es un empresario acaudalado”, “Este municipio es acaudalado gracias al petróleo”.
El sueño de conocer a una persona acaudalada para entablar una relación amorosa por interés, contraer matrimonio con ella y librarse de cualquier obligación laboral por el resto de la vida puede parecer tan tentador como ficticio, pero es absolutamente real para mucha gente. Se trata de los cazafortunas, entre otros apodos que los representan a la perfección, individuos que no se preocupan por explorar sus propias capacidades o vocaciones, sino que se enfocan en el dinero fácil, en una vida acomodada.
Lejos de ser una trama barata para una película de fin de semana, por lo tanto, este plan retorcido lo llevan a cabo muchas personas, cuyas ambiciones giran en torno al dinero, los viajes y las fiestas, siempre que todo esto les permita practicar otra de sus actividades favoritas: la ostentación. En este contexto se usa el término acaudalado con un cierto matiz que lo vuelve atractivo más que informativo: no es lo mismo decir «cuenta con un capital considerable» (un dato acerca de su situación financiera) que «es un individuo acaudalado» (parece incluir una apreciación positiva acerca de su dinero).
La noción suele utilizarse con referencia a la riqueza de un individuo o de una familia. Un individuo que dispone de tres mansiones, cinco automóviles, un yate y un avión privado será calificado, sin dudas, como un hombre acaudalado. Esta calificación, por supuesto, puede cambiar con el tiempo. Si este mismo sujeto, con el correr de los años, toma malas decisiones financieras y pierde sus propiedades y bienes, dejará de ser acaudalado.
Acaudalado también puede ser un cierto territorio. Una provincia que, por sus recursos naturales y las características de su economía, permite que la mayoría de sus habitantes goce de un buen nivel de vida, puede mencionarse como una región acaudalada. Esta particularidad se refleja en indicadores como la renta per cápita o la tasa de desempleo.
El hecho de que alguien sea acaudalado le abre numerosas posibilidades y le aporta beneficios frente a otro que no dispone de tantos recursos. Podemos apreciar estas diferencias ante la aparición de un problema de salud: el sujeto acaudalado podrá acceder a los más avanzados tratamientos, mientras que el otro tendrá que conformarse con las opciones que le brinda el sistema de salud público.
La falta de equilibrio que las sociedades provocan a causa de la situación económica y financiera de sus habitantes es alarmante pero innegable. Tener más dinero nos abre las puertas a mejores condiciones de vida en todos los aspectos, desde la vivienda hasta la asistencia sanitaria. Sobra decir que estas diferencias son el punto central de numerosos e interminables debates, porque no deja de ser cierto que hay quienes consiguen fortunas con mucho esfuerzo y por lo tanto merecen ciertas ventajas con respecto a aquellos que trabajan menos; sin embargo, cuando la salud y el bienestar entran en juego, el análisis cambia.
No podemos decir con total calma que la asistencia médica deba estar trabada tras un muro económico, porque esto da lugar a que muchas personas compasivas y justas mueran simplemente por no tener dinero, mientras que muchos mafiosos acaudalados que hayan torturado y matado a sangre fría a decenas de inocentes reciban la atención de los mejores profesionales del mundo.